En este mes de septiembre, tan lleno de fechas litúrgicas vicentinas, es muy necesario hablar sobre la santidad, que es el gran llamado de cada cristiano. Jesús nos recuerda: “Sed perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5, 48). Esta vocación, que puede parecer demasiado exigente, se vuelve concreta y posible cuando miramos los ejemplos de hombres y mujeres que, en el seguimiento de Cristo, vivieron la caridad con sencillez y heroísmo.

La Iglesia Católica siempre contempló, con gratitud y alegría, la vida de los santos, beatos, venerables y siervos de Dios, que son para nosotros ejemplos luminosos de fidelidad al Evangelio. Estas figuras, con su vida y testimonio, nos recuerdan que la santidad no es un ideal lejano, sino un camino posible, vivido en lo cotidiano con fe, amor y entrega a Cristo.

La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP), desde su fundación en 1833, fue y es también terreno fecundo para que florecieran vidas santas: ya son 103 miembros que pasaron por las Conferencias vicentinas y hoy brillan en los altares de la Iglesia, entre santos, beatos, venerables y siervos de Dios.

Tuve la alegría de conocer, alrededor del año 2000, al investigador y cronista Gesiel Júnior, brasileño, autor de varios libros sobre santidad vicentina, y que ahora edita el libro Santoral de la SSVP, en este momento disponible solo en portugués, una obra indispensable para quien desea profundizar en este tema.

Recomiendo vivamente su lectura, pues, además de enriquecer la espiritualidad, enciende el corazón de cada consocio en el deseo de seguir el mismo camino. En el libro (ver PDF al final de este artículo), podemos encontrar una foto o ilustración de la persona destacada, una pequeña descripción de ella y, al final, la letanía de los santos de la SSVP.

Los santos vicentinos

Entre los santos que militaron en la SSVP, se destaca San Pedro Jorge Frassati (1901-1925), joven italiano, canonizado en 2025, cuya alegría de vivir y entrega a los necesitados lo hicieron el “hombre de las bienaventuranzas”. Otro ejemplo es San Alberto Hurtado (1901-1952), sacerdote jesuita chileno, que fundó el “Hogar de Cristo” y dedicó su vida a promover la justicia social en favor de los más pobres, haciendo eco del mandato bíblico: “La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma” (Santiago 2, 17). También recordamos a San Juan Pablo II (1920-2005), que en sus años de juventud participó en la SSVP en Polonia y, más tarde, como Papa, elevó a diversos vicentinos a los altares, viviendo el pontificado con fe y valentía.

Los beatos vicentinos

Entre los beatos, el primer nombre que surge es el del propio Beato Antonio-Federico Ozanam (1813-1853), principal fundador de la SSVP, beatificado en 1997. Su vida estuvo marcada por la defensa de la fe unida a la acción social, combinando un intelecto brillante con un corazón profundamente cristiano, como nos enseña la Escritura: “La sabiduría que viene de lo alto es pura, pacífica, indulgente y llena de misericordia” (Santiago 3, 17). También podemos recordar a la joven Beata Isabel Cristina Mrad Campos (1962-1982), mártir brasileña, que, inspirada por su vivencia vicentina, entregó su vida en defensa de la pureza y de la fe, recordando las palabras de Cristo: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5, 8). Otro nombre para recordar es el de la Beata Rosalie Rendu (1786-1856), Hija de la Caridad francesa que orientó a los primeros consocios y dejó el testimonio de la caridad concreta vivida en las calles de París, como dice la Escritura: “No amemos de palabra ni de lengua, sino con hechos y en verdad” (1ª Juan 3, 18).

Los venerables vicentinos

En la lista de los venerables, recordamos a Santiago Masarnau Fernández (1805-1882), músico español que fundó la SSVP en su país, conjugando sensibilidad artística y compromiso evangélico. Vivió la máxima paulina: “Cantaré con el espíritu, pero también cantaré con la mente” (1ª Cor 14, 15). También recordamos al Venerable Jean-Léon Le Prevost (1803-1874), sacerdote, fundador de los Religiosos de San Vicente de Paúl (RSV), francés, que participó en la primera Conferencia con Ozanam en 1833. Del mismo modo, destacamos a Luis de Trelles y Noguerol (1819-1891), laico español que vivió la espiritualidad vicentina en la vida familiar y en el servicio a los pobres, convirtiéndose en un incansable apóstol de la Eucaristía, en sintonía con el Evangelio: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo” (Joan 6, 51).

Los siervos de Dios vicentinos

Entre los siervos de Dios, encontramos figuras de laicos muy destacados. Uno de ellos es el ítalo-argentino Antonio Solari (1861-1945), dirigente que dedicó décadas al servicio vicentino en su país, poniendo en práctica el consejo biblico: “Sed firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor” (1ª Cor 15, 58). Otro ejemplo es el irlandés Siervo de Dios Francis Michel Duff (1889-1980), laico que integró la SSVP entre los años 1910 y 1970, siendo también fundador de la Legión de María. También merece destaque el Siervo de Dios Guilherme Braga da Cruz (1916-1977), jurista portugués que puso su fe al servicio de la sociedad, defendiendo valores cristianos en la vida pública, cumpliendo la exhortación bíblica: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mateo 5, 6).

Conclusión

Al contemplar la vida de estos santos, beatos, venerables y siervos de Dios que pasaron por la SSVP y hoy están seguramente en los cielos, percibimos que la santidad no es un ideal lejano, sino un camino concreto, posible y urgente. Ellos vivieron la fe en medio de las dificultades, transformaron la caridad en compromiso diario y nos dejaron el ejemplo de que el servicio a los pobres es una escuela de santidad.

Hoy, en un mundo marcado por la indiferencia y el individualismo, estas biografías son luces brillantes que nos guían, mostrando que la santidad es accesible a todos. Como nos recuerda la Carta a los Hebreos: “Estamos rodeados por una tan grande nube de testigos” (Hebreos 12, 1). Y nosotros, que heredamos este tesoro espiritual, somos desafiados a responder: ¿qué pueden enseñarnos estos santos vicentinos en el enfrentamiento de los retos de hoy?

Haga clic aquí para conocer el libro SANTORAL DE LA SSVP, solamente en lengua portuguesa, escrito por Gesiel Júnior, de Brasil.

Renato Lima de Oliveira,
16º Presidente General de la SSVP (2016/2023).