Parte de una Serie sobre Lugares de nuestra herencia vicenciana
Iglesia de Saint-Joseph des Carmes
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Los familiares animaron a Amélie Ozanam a enterrar a su marido Federico en el cementerio de Montparnasse de París, pero ella tenía otros planes para él. Organizó el entierro en la iglesia de Saint-Joseph des Carmes con la ayuda de los miembros de la Orden de los Dominicos que atendían la iglesia.
La comunidad dominicana le proporcionó un lugar de descanso eterno en una cripta inferior cerca de los restos de 114 sacerdotes masacrados durante la Revolución Francesa en septiembre de 1792. La tumba de Federico se encontraba bajo la Capilla de los Ángeles Custodios, donde Amélie había tenido una vez la premonición de que su marido encontraría allí su última morada. La perseverancia de Amélie hizo realidad sus deseos, pero las reglas de la Orden de los Dominicos le impedían entrar en la cripta. Sólo se le permitía asomarse a través de una pequeña rejilla para ver la última morada de su marido. Sin embargo, en 1855 recibió un permiso especial del Papa Pío IX para entrar en la cripta por el jardín. A partir de ese momento, los padres dominicos podían ver a diario a Amélie y Marie, con los brazos cargados de flores, cruzando el patio interior.
Fuente: Antoine Frédéric Ozanam, por Raymond L. Sickinger, University of Notre Dame Press.


Tumba de Ozanam en la cripta, St. Joseph des Carmes, París
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En rojo = Vicente de Paúl. En azul = Federico Ozanam
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