El 13 de septiembre de 2025, la Plaza de San Pedro del Vaticano se transformó en un inmenso escenario que acogió a cientos de miles de personas bajo el título “Grace for the World”. No fue un concierto más, sino un acontecimiento cultural y espiritual de alcance mundial que buscó unir música, fe, fraternidad y esperanza.
La explanada donde tantas veces se han vivido celebraciones litúrgicas multitudinarias fue, en esta ocasión, el punto de encuentro de artistas de talla internacional, coros, líderes religiosos y sociales, y sobre todo de un público que vibró con la idea de que la música puede convertirse en lenguaje universal para la paz.
El propósito
El evento se enmarcó dentro del Tercer Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana y en las celebraciones del Año Jubilar 2025. Su objetivo fue claro: proclamar un mensaje de unidad, justicia y compasión, invitando a vernos unos a otros como hermanos y hermanas, más allá de diferencias de cultura, credo o nación.
El propio Pharrell Williams, productor y alma creativa del proyecto, lo expresó con claridad: “Grace es una luz que vive en cada uno de nosotros, esperando ser compartida. No es solo una bendición que recibimos, sino una fuerza que extendemos a los demás”.
Una constelación de voces
La lista de intérpretes fue tan diversa como impresionante. Estuvieron presentes:
- Andrea Bocelli, quien abrió el concierto con Teddy Swims entonando Amazing Grace, un inicio cargado de simbolismo que arrancó lágrimas y aplausos.
- Pharrell Williams, que además de cantar, ofreció uno de los discursos más inspiradores de la noche.
- Karol G, la colombiana que hizo historia al llevar el género urbano a la Plaza de San Pedro, recordando que la música popular también es vehículo de esperanza.
- John Legend, con su himno Glory, evocando a Martin Luther King Jr. y la lucha por los derechos civiles.
- Jennifer Hudson, Jelly Roll, Teddy Swims, BamBam, Angélique Kidjo, Clipse, y la Nova Opera Orchestra junto con los coros de Roma y Voices of Fire.
Cada actuación fue pensada para transmitir un mensaje: desde el góspel hasta la ópera, pasando por el pop, el hip hop y el reguetón, todos los estilos se entrelazaron para crear un mosaico de unidad.
Palabras que encendieron luces
Uno de los momentos más recordados fue cuando Pharrell pidió al público encender las linternas de sus teléfonos, creando un mar de luces en la plaza: “Este es el poder que tenemos cuando nos unimos. Son 300.000 luces, todas las denominaciones, todos los pueblos”. Y añadió: “Demasiado a menudo la humanidad ve la diferencia como peligro. Pero la gracia susurra: espera. La curiosidad pregunta: ¿por qué? Imaginemos que, en lugar de decir ‘no eres como yo’, nos preguntemos: ¿qué puedo aprender de ti?”.
John Legend, por su parte, recordó el sueño de Martin Luther King Jr.: “El amor significa ver y valorar la humanidad del otro, sin importar dónde vivamos, cómo luzcamos o a quién adoremos. Ese es el amor que el mundo necesita”.
Otro discurso vibrante fue el de Graça Machel, viuda de Nelson Mandela, quien proclamó: “Solo la justicia enraizada en la empatía, la equidad y la integridad puede sanar y reconstruir la confianza. Palestina, Sudán, Ucrania, Congo, Myanmar, Mozambique… debemos comprometernos a llevar una paz justa allí donde la violencia nos ha despojado de humanidad”.
El concierto Grace for the World fue un manifiesto vivo de que la cultura, la música y la espiritualidad pueden encontrarse en un mismo escenario para ofrecer un mensaje al mundo: la fraternidad no es utopía, sino un camino que comienza con cada gesto de gracia, de curiosidad, de compasión.
Como dijo Pharrell: “Así es como los muros se convierten en ventanas y las fronteras en puentes. Tu luz se convierte en mi luz, y mi luz en la tuya”.
En esa noche mágica en el Vaticano, el eco de esas palabras se convirtió en promesa: la de un mundo unido por la gracia.
Puedes ver el concierto aquí:












Estuvo genial, gracias recordemos que somos uno .