Parte de una Serie sobre Lugares de nuestra herencia vicenciana
Pisa
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En abril de 1853, los Ozanam se hallaban en Pisa. Sabía que su estado de salud era grave. En un principio, los Ozanam habían viajado a Pisa para disfrutar de un clima seco. Desgraciadamente, se encontraron con casi cincuenta días de lluvia, lo que agravó el estado de Federico. Con el paso de los meses, su dolor fue en aumento.
Amélie velaba por Federico, presenciando su sufrimiento con la mirada de una fe profunda: «Parece que Dios quiere purificarlo incluso antes de llevárselo. Cuanto más se debilita su cuerpo por el sufrimiento, más bella crece y se desarrolla su alma. Nunca su corazón estuvo más ardiente; nunca su espíritu estuvo más vivo. Ni una palabra de queja».
Federico no desesperaba. Quiso abandonarse con amor a la voluntad de Dios: «Haré lo que tú quieras, cuando tú quieras, de la manera que tú quieras, porque tú quieres». Las palabras proceden de una oración de La imitación de Cristo, de Thomas de Kempis. La obra era muy querida para Ozanam, y recordaba con cariño su lectura en los primeros días de la primera conferencia de la caridad.
Fuente: Antoine Frédéric Ozanam, por Raymond L. Sickinger, University of Notre Dame Press.

Vista de Pisa
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En rojo = Vicente de Paúl. En azul = Federico Ozanam
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