Vidas en Misión: Sor Mª Jesús, HC, misionera en Senegal

por | Jul 5, 2025 | Misiones Inter Gentes, Noticias | 0 Comentarios

En un pequeño pueblo de arena y caminos sin asfaltar, donde la vida se construye con sencillez y esperanza, una comunidad de Hijas de la Caridad ha plantado una semilla nueva del carisma vicenciano. Hablamos con una de ellas, misionera en Diouroup (Senegal), que ha regresado temporalmente a España y nos abre el corazón para compartir su experiencia. Desde los inicios de la misión hasta los desafíos actuales, pasando por el día a día en contacto con los más pobres, esta entrevista es una ventana a una vocación vivida con pasión, humildad y entrega.

Nos habla de salud, educación, inclusión, pastoral… pero sobre todo de cercanía, de presencia sencilla y transformadora, de una fe que se hace vida entre los más humildes. A través de sus palabras descubrimos cómo el mensaje de san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac se hace actual en las tierras africanas, donde “ser” y “estar” es ya un testimonio misionero.

PREGUNTA: Bienvenida de vuelta a España, ¿Qué tal estos primeros días en España? ¿Has notado mucha diferencia res­pecto de Senegal?

RESPUESTA: Mucha, mucha. Primeramente, yo no traía nada de abrigo, cuando he llegado por poco me hielo en el aeropuerto, así que me llevaron a una casa y me tuvieron que dar la ropa de invierno que tengo guardada en una maletita aquí, en Sevilla. En Senegal estoy en un pequeño pueblo donde todo es arena, no hay ninguna calle asfaltada… y claro, llegas aquí y ves todo as­faltado, todo limpio… esa fue la primera impresión.

P: ¿Cómo, cuándo y dónde sen­tiste la llamada para ser misio­nera y dedicar tu vida a los más necesitados?

R: Yo primero sentí la llamada de ser misionera, antes de ser Hija de la Caridad. Estaba en un colegio de las hermanas y ve­nían misioneros a contarnos su experiencia y a mi aquello, con 7 u 8 añitos ya me caló. Entonces siempre he querido ser misio­nera. Después ya, como estaba en un colegio de hermanas, me contaron lo que era ser Hija de la Caridad y me di cuenta que allí podía servir a toda la gama de necesidades de los pobres.

P: ¿Cómo fue tu primera impre­sión cuando llegaste a Senegal por primera vez? ¿Ha cambiado esa perspectiva desde enton­ces?

R: Me encantó, siempre he que­rido servir a los más pobres. Es­toy en un pueblecito de agricul­tores, donde la vida es sencilla, donde se vive con lo necesario.

Desde entonces esa perspectiva no ha cambiado. Me gusta mu­chísimo estar con la gente, me conocen, conocen a las herma­nas… porque es una fundación [una nueva misión] que hemos hecho nueva, allí no había her­manas. Es la primera comunidad de Hijas de la Caridad en Sene­gal, me siento como en casa.

P: ¿Qué proyectos realizáis ac­tualmente en Diouroup y sus alrededores?

R: Cuando llegamos, tuvimos que comenzar de cero porque no teníamos nada. Lo primero que hicimos fue buscar una casa. Un señor de allí estaba cons­truyendo una casa y, cuando se enteró de que buscábamos casa, nos la alquiló. Después, lo que hicimos fue conocer las necesi­dades del pueblo, reuniones con el párroco, con las asociaciones de mujeres… para que nos dije­ran de que nos podíamos ocu­par. Una de las primeras nece­sidades fue un centro de salud, por ello empezamos a buscar cómo. La Iglesia nos dio una antigua parroquia que estaba abandonada y, gracias a COVIDE-AMVE, pudimos reconstruir­la. Entonces hicimos un peque­ño ambulatorio con una sala de formación.

En la actualidad tenemos tres hermanas que se ocupan del centro de salud, cada una en la consulta, las curas, toma de muestras, etc. Además, una vez a la semana van a visitar los po­blados de los alrededores para ver a los enfermos que no pue­den venir. Yo comencé con un centro de alfabetización de la mujer que me pidieron, que lo hice gracias a la ayuda del Cabil­do de Gran Canaria y de COVIDE-AMVE. Ahora soy la encargada de las becas infantiles de Diouroup y las aldeas de alrededor. También, dos días a la semana tenemos un centro de niños con necesidades especiales. Los martes y los jueves voy al centro, recibimos a los menores, les damos estímulo cognitivo, esti­mulo físico, les hacemos masa­jes… Por último, también estoy presente en la pastoral porque estoy en Caritas.

Foto: COVIDE-AMVE. Sor Mª Jesús e Isabel, Responsable de Becas de COVIDE-AMVE, trabajan en las nuevas becas del próximo curso escolar.

P: ¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentas en tu labor misionera?

R: Ahora mismo el principal desafío es terminar el centro de salud, porque es lo que ha pe­dido el pueblo. Otro desafío es poder estructurar un poquito la misión, dando una respuesta más de calidad a los proyec­tos que estamos haciendo. Por ejemplo, los niños y niñas con necesidades especiales no tene­mos la posibilidad de formalizar ese proyecto. Queremos organi­zarlo bien una vez que esté ter­minado el centro de salud.

«Nosotras simplemente somos, estamos entre ellos y están viendo la humildad, la sencillez, la caridad codo a codo.»

P: ¿Cómo transmitís el mensa­je vicenciano en la misión de Diouroup?

R: Siendo. Siendo y allí, pode­mos marcar la diferencia. Tienen una religiosidad muy clerical, la vida religiosa sube de status. Los mismos religiosos ven que ellos son como algo especial allí. Nosotras simplemente somos, estamos entre ellos y están vien­do la humildad, la sencillez, la caridad codo a codo. Nos vesti­mos de seglar, nos reconocen ya por la cruz, vamos al mercado y en seguida nos saludan, nos lla­man por el nombre que nos han puesto de su etnia serer (Mari Saram, a mí). Todo el mundo nos conoce.

P: Senegal es uno de los países desde los que parte la migra­ción hacia Europa y, espe­cialmente, las Islas Canarias, ¿trabajáis con migrantes en la misión?

R: Nosotras en el pueblo no sentimos mucho esa necesidad de salir del país. Eso es más en la capital, si vas a la capital hay muchos pobres, mucha gente pidiendo, mucha miseria… En Diouroup la gente es sencilla, vive del campo (el cacahuete, del mijo, del mango cuando llega la época…), no le falta de comer (tampoco les sobra). Falta de co­mida no hay, pero si viven con lo justo y necesario.

P: Ahora que hablamos de agri­cultura, ¿habéis notado los efectos del Cambio Climático en Senegal?

R: Sí, ya empiezan a notarse. Los agricultores están acostumbra­dos a que llueve de finales de junio a noviembre. Las prime­ras lluvias son para preparar la tierra, después deja de llover durante unas dos semanas y comienza de nuevo. Es en este momento cuando empiezan a sembrar. Este proceso está cam­biando, algunas veces ha llegado la primera lluvia, han preparado el campo, pero la segunda no ha llegado hasta 2 meses después, por lo que si han sembrado algo no sirve, se pudre. La epoca de lluvia se esta retrasando y, cuando llueve lo hace torrencialmente, lo que no ayuda nada al campo.

P: Por último, ¿Qué mensaje te gustaría transmitir a todas las personas que han colaborado en la misión de Senegal?

R: Primeramente, agradeci­miento, porque verdaderamente ninguna de nosotras tenemos ni pensión, ni nada, vivimos de lo que nos da la provincia. No po­dríamos hacer nada sin la ayuda de asociaciones como COVI­DE-AMVE, Cáritas de Badajoz, la AMM, las madrinas y padrinos que sustentan nuestras becas. También me gustaria decirles que es importante aprender a vivir con lo necesario, lo que es muy difícil en una sociedad tan llena de necesidades como la actual. Pero yo sé que se puede ser feliz con menos.

Fuente: Revista «Tu Misión al día», publicada por la ONG COVIDE-AMVE, número especial 2, primer semestre del año 2025.
Visita la web de COVIDE-AMVE: https://covideamve.org/

Foto: COVIDE-AMVE. Sor Mª Jesús durante una reunión con el Consejo Parroquial de Doudame, aldea cercana a Diouroup.

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