“Exhortó a todos a ser fieles al Señor de todo corazón”
Hech 11, 21-26; 13, 1-3; Sal 97; Mt 5, 17-19.
La celebración de San Bernabé apóstol nos permite contemplar en él a un hombre bueno, lleno de fe y del Espíritu Santo con esas cualidades/don supo reconocer la gracia de Dios actuando más allá de las fronteras de Jerusalén, entre los que llamaban “paganos”. Solamente quien se deja guiar por el Espíritu Santo puede reconocer su presencia en las periferias, en aquellos que son diferentes, incluso extraños y alegrarse sinceramente de que también ellos se sepan amados por Dios y le correspondan con signos de fraternidad.
Estamos en una época eclesial de despertar sinodal; el Documento Por una Iglesia sinodal y misionera dice con palabras de hoy qué significa ser apóstol: Ser discípulos misioneros del Señor no es una meta que se alcanza de una vez para siempre. Implica conversión continua, crecimiento en el amor “hasta alcanzar la medida de la plenitud de Cristo” (Ef 4,13) y apertura a los dones del Espíritu para un testimonio vivo y gozoso de la fe.
Así avanzaremos por los caminos del Reino como nos dijo el Señor.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Sor Alicia Margarita Cortés C. H.C.
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