El Enviado del Padre nos envía a su vez a los cristianos. Mas podremos cumplir la misión de Cristo solo si está sobre nosotros el Espíritu de Cristo.
El espíritu de Elías estuvo sobre Eliseo. Eso lo dejó claro lo que había hecho Eliseo para atravesar el Jordán sobre tierra seca. Al parecer, pues, vale preguntar: «¿Qué obras hacemos que dejan claro que está sobre nosotros el Espíritu de Cristo?».
Pero llevar el Espíritu de Cristo no es cuestión de atravesar el Jordán o el mar Rojo sobre tierra seca. O de librarnos de Egipto para ya no ser esclavos. Pues se nos dan a conocer maravillas más grandes (san Juan Crisóstomo): las de atravesar el dominio de la muerte y de librarse del diablo para ya no ser esclavo del pecado.
Y el amar es la maravilla, la sorpresa, más grande. Pero no es que amemos a Dios. Es, más bien, que él nos ama, por lo que tenemos a su Hijo que quita nuestros pecados y logramos amar también. Y, aún más, por amar pasamos de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz.
No importa, por lo tanto, que venga la noche. Pues se pone en medio de nosotros Jesús y nos dice: «Paz a vosotros», y nos enseña las manos y el costado. Sí, su amor y su valor hasta entregar su cuerpo y derramar su sangre disipan las tinieblas y el terror de la noche.
Y quitar él nuestros pecados quiere decir también que nos reconcilia con Dios, consigo y los unos con los otros. Nos envía además hasta el confín de la tierra para predicar de palabra y de obra la paz, la reconciliación. Estar, pues, el Espíritu de Cristo sobre nosotros es cumplir la misión de la paz y la reconciliación. De la nueva creación que comienza el día primero de la semana.
Señor Jesús, tú eres nuestra paz y nuestra reconciliación. Haz que los que nos decimos tus discípulos vivamos unidos en la fe y el amor. Así, podrán decir de nosotros los que nos ven: «Está sobre ellos el Espíritu de Cristo». Y seremos de verdad de la nueva creación, en la que los hace uno a los de diferentes lenguas que el pecado divide. Danos tu fuerza para que no nos echemos atrás ante los conflictos que conlleva el hacer el bien (SV.ES I:143). Para que hagamos como el Buen Pastor que expone su vida por el bien de sus ovejas.
8 Junio 2025
Domingo de Pentecostés
Hch 2, 1-11; 1 Cor 12, 3b-7. 12-13; Jn 20, 19-23
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