Contemplación: Una unión perfecta

por | May 31, 2025 | Formación, Sociedad de San Vicente de Paúl | 0 Comentarios

Este artículo apareció originalmente en ssvpusa.org

«Las visitas a domicilio —recuerda la Regla de la Sociedad de San Vicente de Paúl— se hacen siempre de dos en dos» [Regla, Parte III, St. 8]. Aunque esto pueda ofrecer cierta garantía contra la responsabilidad, se trata de un resultado completamente accidental, dado que este requisito se remonta a milenios antes de nuestra sociedad moderna y litigante. Es anterior incluso a la Regla, que estableció por primera vez nuestras prácticas por escrito dos años después de la fundación de la primera Conferencia.

Nos fundamos con la sencilla declaración de Federico de que nuestro primer objetivo, y nuestra primera actividad, consistía en actuar a imitación de Jesucristo. «Haremos lo que sea más agradable a Dios —dijo—. Por lo tanto, debemos hacer lo que Nuestro Señor Jesucristo hizo al predicar el Evangelio. Vayamos a los pobres» [Baunard, 65]. Nuestro modelo de visita, pues, sigue necesariamente el que Cristo dio a sus discípulos, primero a los doce, y más tarde a los setenta y dos, a los que no envió solos, sino de dos en dos.

San Vicente nos ofrece una penetrante explicación de los motivos de Cristo para ello, explicando que, puesto que amar al prójimo presupone más de una persona (tú y el prójimo), así, viajando de dos en dos, «ambos ejercitasen continuamente la caridad entre sí y si uno de los dos caía, hubiera alguien que lo levantase y le animase en sus trabajos, si lo veía cansado y abatido» [SVP ES XI-3, 248]. Nos apoyamos unos a otros, mostramos que somos cristianos por nuestro amor mutuo, extendido también al prójimo.

Ciertamente, hay razones muy prácticas para realizar la visita en parejas, principalmente la posibilidad de considerar al prójimo y su situación desde dos perspectivas diferentes. Hay un juguete para niños, el Viewmaster, que obliga a los ojos a ver una foto desde dos ángulos diferentes, ayudándonos a visualizar las tres dimensiones. Del mismo modo, ver y escuchar al prójimo desde la perspectiva de dos personas diferentes aporta profundidad a nuestra comprensión, algo que no podríamos conseguir solos. Cuando el equipo de visita domiciliaria está formado por un hombre y una mujer juntos, se benefician de toda la plenitud que proporciona la complementariedad. Cuando el equipo reúne a jóvenes y mayores, o a personas de diferentes orígenes y culturas, nos beneficiamos de nuevo de la unión de nuestras diferencias.

Todavía hay una razón mayor para visitar en parejas. La mayoría de nosotros hemos observado que nos acercamos más a los amigos cuando compartimos actividades como una conversación, un viaje o una comida. «Si actos puramente materiales tienen tanto poder —explica el Beato Federico—, los actos morales lo tendrán muchísimo más, y si dos o varios se entienden para practicar juntos el bien, su unión será perfecta» [carta a Léonce Curnier, de 8 de marzo de 1837].

Es este carácter especial de la amistad, de la verdadera amistad, de la amistad cristiana, que forjamos primero entre nosotros y luego extendemos al prójimo, lo que está en el corazón de la visita a domicilio. Es una amistad unida en el espíritu y en el servicio. Incluso se podría decir que es esencial.

Contemplar

¿Crezco en verdadera amistad con mis compañeros vicentinos mediante nuestras obras de caridad compartidas?

Por Timothy Williams
Director Senior de Formación y Desarrollo de Liderazgo
Sociedad de San Vicente de Paúl USA.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

homeless alliance
VinFlix
VFO logo

Archivo mensual

Categorías

FAMVIN

GRATIS
VER