Jesús es el Enviado del Padre para anunciar la Buena Noticia a los pobres. Verlo con las luces de la fe subir al cielo es asumir el manto de la profecía y la misión que él nos ha dejado.
Mientras sube Elías al cielo, se le cae el manto. Y Eliseo lo recoge.
Golpea él luego las aguas con el manto. Y se parten por la mitad. Así pues, las atraviesa. Todo esto da a conocer que lleva Eliseo el espíritu de Elías. Se cumple así el deseo difícil de Eliseo tal como dijo Elías que pasaría si Eliseo lo viese irse.
No, no se le cae el manto al subir Jesús al cielo. Pero los hombres vestidos de blanco dan a entender que los discípulos han de asumir el manto de Jesús. El de la profecía y la misión. Es de decir, les toca ir y predicar a los pobres la Buena Noticia del reino y la justicia de Dios. Jesús los envía. Serán testigos de él en todo el mundo.
Como testigos de él, los discípulos mostrarán que lo conocen mejor que cuando lo conocían según la carne. Pues ha resucitado y vive junto al Padre; ha superado la vida carnal (san Cirilo).
Quiere decir esto que mantienen los discípulos en tensión la ausencia y la presencia de Jesús: saben por experiencia que él se ha ido; con todo, saben por la fe que él vive y está con ellos.
Y conocerlo ellos no según la carne, esto cobra un sentido más. Es decir, lo ven con las luces de la fe en los pobres (véase SV.ES XI:725). Por lo tanto, les sirven a él y a ellos. Los dejan a él y a ellos predicar la Buena Noticia y el verdadero culto (SV.ES XI:120). Aprenden de él y de ellos a ser los últimos, a servir. Y a entregar el cuerpo y derramar la sangre. Básicamente, pues, ser testigo de Jesús es vivir su misterio pascual.
Señor Jesús, concédenos asumir tu manto de la profecía y la misión y vivir el misterio de tu pasión, muerte, resurrección, exaltación. Y haz que escuchemos y hagamos las palabras del Papa León XIV, las que nos animan a predicar la Buena Noticia y a ser misioneros y misioneras. Danos el valor que nos impulse a denunciar y renunciar a toda codicia y a todo afán de poder.
1 Junio 2025
Ascensión del Señor (C)
Hch 1, 1-11; Efes 1, 17-23; Lc 24, 46-53
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