En Tanzania, muchas niñas son víctimas de la mutilación genital femenina (MGF) y del matrimonio forzado, prácticas culturales muy arraigadas en el país. Las que rehúsan someterse a estos ritos suelen ser rechazadas por sus familias y se les niega la educación.

El proyecto «Rompiendo amarras», dirigido por sor Jacqueline Gbanga, ha protegido, apoyado y educado a 10 niñas víctimas de graves actos de violencia.

El primer paso fue identificar y rescatar a estas niñas en situación de alto riesgo.

A continuación se les proporcionó apoyo psicológico para ayudarlas a superar su trauma.

«Estas niñas estaban psicológicamente afectadas por la tortura que habían sufrido a manos de sus familias, padres y tutores. Debido a esta situación, fue necesario prestarles una asistencia psicosocial especial, pero también sensibilizar a padres y tutores sobre los efectos nocivos de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil». Sor Jacqueline

Las hermanas pudieron entonces matricularlas en centros educativos para ofrecerles un futuro seguro. Como resultado, cinco niñas lograron continuar su educación en la Escuela Secundaria Messa, dos niñas fueron matriculadas en la Escuela Primaria Santa Catalina Labouré, dos niñas discapacitadas fueron aceptadas en el centro de formación profesional Lindalva Justo, donde actualmente reciben clases de costura y secretariado, y una niña pudo matricularse en la Escuela Secundaria Sumve.

La situación de Imelda H. nos ha llamado la atención

«Es una chica de 16 años de Kurya y estudiante de cuarto curso en la Escuela Secundaria Messa. Vive en el campamento de socorro de la Asociación para la Erradicación de la Mutilación Genital Femenina (ATFGM) desde diciembre de 2019, cuando fue rescatada de la mutilación genital femenina. El padre de la niña la obligó a someterse a la mutilación genital cuando aún estaba en la escuela primaria. Pensaba que moriría tras la ablación porque su hermana había muerto a causa de la MGF.

La niña se resistió porque ya había sido concienciada de los efectos nocivos de la MGF por nuestro grupo de derechos de la infancia, que se ha creado en todas las escuelas. Un día, mientras Imelda estaba en la escuela, la madre de la niña llegó en una moto alquilada y la llevó a Kenia, donde ya la esperaba el mutilador. Afortunadamente, algunos niños la vieron y alertaron a los profesores, que avisaron inmediatamente a ATFGM. Fuimos directamente a la policía, que consiguió detener al padre de la niña, ¡y la niña se salvó!

Desde aquel año, la niña ha sido completamente rechazada y abandonada por sus padres y actualmente vive en el hogar infantil de ATFG. Aunque creía que nunca volvería a estudiar, va bien en clase y siempre está entre las mejores alumnas. Quiere ser abogada para poder defender a otras niñas cuyos derechos son violados». Sor Jacqueline

El proyecto ha recibido 5.000 euros de financiación, que se han utilizado para sufragar las tasas escolares y el material escolar.

Las hermanas siguen trabajando sobre el terreno para concienciar a los padres y miembros de las comunidades tribales sobre los peligros de la MGF y el matrimonio precoz.

«Queridos donantes, en nombre de todo nuestro personal, que está tan agradecido por esta maravillosa noticia, y de nuestras niñas, que siguen en la escuela gracias a ustedes, me gustaría expresarles mi más profunda gratitud por su amabilidad y sacrificio al permitir que estas niñas continúen su educación:

La educación es la clave de la vida y les abre un futuro brillante. Debemos alzar nuestras voces para defender a estas jóvenes. Ustedes las han ayudado a dar un gran paso adelante en sus vidas y han contribuido a construir su futuro». Sor Jacqueline

Sor Jacqueline Gbanga
Fuente: https://www.projets-rosalie.com/