«A ustedes los llamo amigos»
Hech 15, 22-31; Sal 56; Jn 15, 12-17.
Jesús nos llama amigos, pero antes nos ha hecho un llamado a su misión de la cual somos partícipes. En este pasaje Jesús sigue insistiendo en la cercanía que tiene con nosotros. Es la permanencia en él que se manifiesta en el amor, por lo cual solo nos dice que el mandamiento es que nos amemos unos a otros. El amor fraterno es la prueba de esa pertenencia a su Palabra y acciones. Así como Jesús permanece en el Padre y gracias a ello entrega su vida por amor, lo mismo nosotros, si permanecemos en él, nos amaremos como él nos ha amado.
La elección que nos ha manifestado a la largo de la Pascua es dinámica; Jesús elige a sus discípulos, los compromete y los ánima a seguir adelante. En un vocabulario actual que se utiliza en nuestra sociedad, diríamos que Jesús quiere que seamos emprendedores activos respecto al proyecto al cual nos invita. Por otro lado nos damos cuenta que Cristo ha dado un sentido pleno al amor, por todo aquello que ha realizado en favor del mundo, de los suyos y, por qué no decirlo, de nosotros. Es un salir del propio yo para encontrarnos con Cristo y los hermanos, sobre todo los más alejados.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Irving Gabriel Amaro R. C.M.
0 comentarios