“En esto conocerán que son mis discípulos”
Hech 14, 21-27; Sal 144; Apoc 21, 1-5; Jn 13, 31-33. 34-35.
Quinto Domingo de Pascua. Llevamos algunos domingos vivenciando cómo el mensaje de Jesús se hace presente en nuestras vidas. Hace dos domingos Jesús hacía a Pedro esta pregunta: ¿Me amas? La misma pregunta nos la hace hoy a nosotros: ¿qué tanto le amamos? ¿Nuestro amor es como el del Buen Pastor del domingo pasado?
El amor que Dios tiene para nosotros, representado en la entrega de su hijo amado, nos lleva a replantearnos nuestro amor por Él. Para amar a alguien hay que conocerle, acercarnos, interesarnos por la persona. El amor se ofrece con generosidad, alegría, transparencia y sin presiones. Es la manera como Jesús se ha entregado por nosotros para recibir el regalo del Padre, vida eterna. ¿Y si a ejemplo del Padre que ofrece a su Hijo, nosotros nos donamos con todo lo que somos y tenemos a los demás? ¿Podriamos hacerlo? ¿Somos capaces de donarnos a los demás?
Si seguimos la misma manera que Dios y Jesús se donan y nos aman, entonces los demás conocerán que somos sus discípulos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Irving Gabriel Amaro R. C.M.
0 comentarios