Jesús nos ama hasta el fin, hasta entregar su cuerpo y derramar su sangre por nosotros.  Quiere que nos amemos como él nos ama, lo que quiere decir que nos hemos de apreciar los unos a los otros. 

Básicamente, el amor es Jesús al dar él su vida por nosotros (1 Jn 3, 16; 4, 9-10).  Lo que da a conocer que Jesús y Dios no nos dejan de apreciar.

Se debe a ellos, por lo tanto, que somos veraces, sólidos, firmes, y seguimos salvos y sanos.  Pues estamos seguros de que el mal no nos vencerá, que estamos todos en las manos de Dios.  No cabe duda de que su amor en Cristo nos hace vencedores a los que somos débiles.

Más aún, ese amor nos impulsa a amar también.  Y lograrnos amar, apreciar, acariciar unos a otros como nos ama Jesús es dar a conocer que somos de él

Pero, claro, amar es más fácil de decir que de hacer.  Por supuesto, hablamos con Dios y con los demás sobre el amor.  Mas una y otra vez lo que decimos no llega a la práctica del amor efectivo (SV.ES XI:733-734).

No, no es fácil amar al igual que Jesús.  Por una parte, su amor empieza a brillar y manifestarse lleno de gloria al salir Judas para traicionarle.  Por lo tanto, para que brille también nuestro amor, hemos de amar hasta el fin.  Es decir, nos toca dar la vida por nuestros hermanos y hermanas.  Tener esa caridad quiere decir apreciar tanto, tomarlos por muy caros a nuestros hermanos y hermanas.

Pero se nos advierte que la caridad no tiene que ver no más con actos heroicos.  De hecho, hay que buscarla, ante todo, en la vida ordinaria (GS 38).  Es decir, se ha de dar a conocer nuestro amor en los misterios diarios de gozos, luces, tribulaciones y éxitos.  Para que nos perfeccionemos y ayudemos a que desaparezca todo lo viejo y se hagan nuevas todas las cosas.

Señor Jesús, haz que nuestra vida, oculta en ti, brille en el mundo para que aparezcan los cielos y la tierra nuevos.  Ayúdanos a llevar a cabo nuestra tarea de vivir en el amor y la estima mutuos y a apreciar a todos nuestros hermanos y hermanas.

18 Mayo 2025
5º Domingo de Pascua (C)
Hch 14, 21-27; Apoc 21, 1-5a; Jn 13, 31-33a. 34-35