“Las palabras que les he dicho son espíritu y vida”

Hech 9, 31-42; Sal 115; Jn 6, 60-69.

Estamos por terminar este sexto capítulo del Evangelio de San Juan. A lo largo de él, Jesús se presentó como nuestro alimento, carne y sangre que nos dan la vida eterna. Este capítulo es para saber que Jesús está presente en la Eucaristía donde podemos alimentarnos de su cuerpo y su sangre. Alimentando nuestra fe y nuestra alma podemos participar del proyecto del Padre, que es darnos la vida eterna.

Cada día tenemos oportunidad que manifestar el proyecto de Dios al mundo. Compartir su palabra que da la vida al mundo, invitar a los que creen en el proyecto de Dios a alimentarse del cuerpo y sangre de Cristo y seguir teniendo la posibilidad de la vida eterna. Este alimento nos invita a estar en contacto con los hermanos alejados. Al estar con los hermanos necesitados nos damos cuenta de sus necesidades, por lo que hay que pasar de la teoría a la acción.

Quienes enseñaron a conocer a Jesús a lo largo de la historia han sido las madres de familia. Hoy en muchas partes del mundo se celebra a las madres. Pidamos a Dios por las mamás vivas y difuntas que han enseñado a conocer y a amar a Jesús. Dios las bendiga o las tenga gozando de su presencia.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Irving Gabriel Amaro R. C.M.