Triduo en París celebrando el Jubileo de los 400 años de la Congregación de la Misión: 30 de abril
En el tercer y último día del Triduo conmemorativo del 400 aniversario de la Congregación de la Misión, los misioneros se reunieron en Gannes-Folleville, lugar sagrado del primer sermón de san Vicente de Paúl y cuna del carisma vicenciano. Fue un día profundamente significativo, centrado en la celebración de la Eucaristía y el Rito de la Penitencia, que evocó el llamado original de Vicente a la conversión y al servicio de los pobres.
Los artículos que siguen recogen la riqueza de esta jornada conmemorativa. En ellos se aborda el llamado urgente a reavivar el fuego misionero de la Congregación al iniciar su quinto siglo, el valor espiritual de volver a sus raíces fundacionales y la inspiradora homilía pronunciada por el P. Frédéric Pellefigue, CM. En conjunto, estas reflexiones nos invitan a mirar al futuro con fe y entusiasmo, comprometidos con la renovación del carisma vicenciano en el mundo de hoy.
- Revitalizar el carisma de la congregación de la misión hoy Conferencia del P. Robert Maloney, CM: Descubra cómo revitalizar hoy el carisma vicenciano a la luz de las palabras de San Vicente de Paúl. El P. Robert Maloney, CM, propone retos y perspectivas para una misión renovada, entre la evangelización y la formación del clero. Una reflexión profunda para la Congregación de la Misión.
- La misión de la CM al inicio de su quinto siglo – Conferencia del p. Corpus Juan Delgado Rubio, cm: En vísperas del quinto siglo de la Congregación de la Misión, el P. Juan Delgado Rubio CM reflexiona sobre el carisma vicenciano hoy. Un análisis profundo entre misión, sinodalidad y servicio a los pobres. Una contribución esencial para la Familia Vicenciana en el Jubileo 2025.
- Renovar el fuego misionero – Homilía del P. Frédéric Pellefigue, CM: En el marco del Triduo por los 400 años de la Congregación de la Misión, el Visitador de Francia, P. Frédéric Pellefigue, ofreció una profunda meditación sobre el papel de los misioneros hoy: redescubrir la unión con Cristo, ser testigos audaces del Resucitado y renovar cada día la vocación recibida, con un corazón inflamado de caridad.
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