«Lo seguía mucha gente porque habían visto…»
Hech 5, 34-42; Sal 26; Jn 6, 1-15.
Los discípulos y Jesús se han dado cuenta de la multitud que los sigue; una multitud que va detrás de ellos por todo lo que Jesús ha hecho con los enfermos. Los discípulos se han preguntado cómo podrán dar de comer a toda esa gente, pero no aciertan a encontrar una respuesta. Sin embargo, gracias al joven que trae consigo cinco panes y dos peces, Jesús hace lo posible y lo imposible para que alcance a comer toda la gente que los sigue. Además de comer todos hasta saciarse, llenan con los sobrantes doce canastos.
En el Evangelio de hoy, hay una gran manifestación de lo que Jesús puede hacer cuando los seres humanos nos comprometemos con el proyecto de Dios. Todos han comido y aún sobra bastante. Esto quiere decir que cuando uno se compromete en el proyecto de Dios, Él da a manos llenas y además queda para seguir compartiendo con otros.
Pidamos a Dios que nos permita ser sensibles a las necesidades de los demás, y que seamos capaces de compartir lo que tenemos con ellos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Irving Gabriel Amaro R. C.M.
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