Manteniendo el fuego ardiendo:
Del 14 al 17 de noviembre de 2024, la Familia Vicenciana se reunió en Roma para la II Convocatoria Internacional, bajo el lema “Manteniendo el fuego ardiendo”. Este evento fue un espacio de encuentro, formación y fortalecimiento del compromiso con los más pobres, donde miembros de diversas ramas compartieron experiencias, desafíos y buenas prácticas para seguir llevando adelante el carisma vicenciano en el mundo.
El documento final del encuentro, titulado «Mantener encendido el fuego para ser peregrinos de esperanza», recoge los frutos de estas jornadas y nos invita a renovar nuestro compromiso con la misión, viviendo la caridad con pasión y audacia. Nos recuerda que el fuego del amor vicenciano no debe apagarse, sino avivarse constantemente mediante la oración, el servicio y el trabajo en comunidad.
Desde Panamá, Inés Barés nos comparte su testimonio sobre esta experiencia enriquecedora. Destaca la riqueza de encontrarse con vicentinos de todo el mundo, ver cómo el carisma se encarna en realidades tan diversas y, al mismo tiempo, en desafíos comunes. Además de las sesiones formativas y testimoniales, resalta la importancia de fortalecer los lazos de fraternidad, porque la mejor manera de mantener vivo el fuego es compartiéndolo.
El testimonio de Inés nos recuerda que la Familia Vicenciana no es solo un conjunto de ramas y organizaciones, sino una comunidad viva, unida por un mismo amor y misión: servir a Cristo en los pobres. ¡Que este fuego siga ardiendo en nuestros corazones!
Texto del video:
Hola querida Familia Vicentina.
Soy Inés Barés, desde Panamá, y quería compartirles que el reciente encuentro de Familia Vicentina bajo el lema “Manteniendo el fuego ardiendo”, fue excelente.
Conocimos personas de todo el mundo viviendo el carisma de maneras tan diferentes, en lugares tan diferentes y en algunos casos, muy similares a los nuestros.
También nos encontramos con amigos que hemos ido haciendo en este camino, que ni el tiempo ni distancia puede separar lo que este carisma ya ha unido.
Tuvimos muchísimas sesiones donde recibimos los testimonios de muchas personas y también muchas sesiones de formación donde pudimos profundizar en esas areas donde estamos teniendo la mayoría de nuestros retos o también ser nosotros mismos los que compartimos buenas practicas a los demas.
Claro que aprovechamos cada minuto para explorar la ciudad y hacer mas fuertes todavía esas relaciones. Es la mejor manera de mantener el fuego ardiendo, compartiendo con la familia, haciéndola más unida y compartiendo un amor por los olvidados.
¡Gracias, Familia Vicentina!
Lee o descarga el documento final de la II Convocatoria de la Familia Vicenciana: “Mantener encendido el fuego para ser peregrinos de esperanza”.
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