“¿Quieres curarte?”
Ez 47, 1-9. 12; Sal 45; Jn 5, 1-16.
Para este día el evangelio nos coloca en medio de una experiencia que, tarde o temprano, nos ocurrirá a cada uno de nosotros: atravesar por la enfermedad, y lo que podemos llegar a hacer para recuperar la salud. Se trata de un hombre que llevaba 38 años enfermo, esto es toda una vida para la esperanza media de aquella época. Al parecer no puede caminar; junto con él hay otra multitud de enfermos que se adelantan a buscar la salud cuando el agua se agita y le ganan el lugar. ¿Se curan los otros? El texto no lo menciona, pero sí da a entender que esperan con ansia llegar al centro de la piscina y recibir el milagro de la sanación.
Pues este hombre se ha topado con el Señor. Más bien ha sido encontrado. Le pregunta Jesús ¿quieres curarte? Su respuesta es más una excusa para permanecer postrado. Quizá los años de enfermedad y soledad han borrado el deseo genuino de curarse. Porque si se cura ¿de qué podrá luego quejarse?
Y a propósito ¿qué es curarse? ¿Es lo mismo para todos? La expresión del Maestro está llena de amor por quien sufre y se siente desamparado, y nos convoca para ayudar a nuestros enfermos a levantarse..
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Emmanuel Velázquez Mireles C.M.
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