Evangelio y Vida para el 30 de marzo de 2025
“¿Tú entrarías al banquete?”
Jos 5, 9. 11-12; Sal 33; 2 Cor 5, 17-21; Lc 15, 1-3. 11-32.
Hace apenas unos días escuchábamos este evangelio, lo escuchamos desde la perspectiva del Padre bueno; descubríamos también los elementos con los que Jesús relaciona la imagen de Dios, padre que siempre espera, que mira con ternura, que corre y besa.
Es claro que estas imágenes conmocionaron a los seguidores de la religión judía. Un Dios que está abierto al perdón no requiere tantas prácticas aduanales y por lo tanto no requiere un aparato religioso tan denso como lo era el código de preceptos de Israel.
Hoy les invito a contemplar todo el pasaje de esta parábola a través de los ojos del hijo mayor. Él representa al pueblo de Israel, un pueblo que siente que ha caminado toda su vida al amparo del Señor pero que en el momento definitivo mira cómo este Dios, al que él ha seguido, abre sus brazos a todos.
La parábola no nos indica si el hijo mayor entró en el banquete, y precisamente deja abierta esa escena para que cada uno de nosotros la completemos, según la idea que nace en nuestro corazón al ver la apertura misericordiosa de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Armando González Meneses C.M.
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