Evangelio y Vida para el 22 de marzo de 2025
“Se enterneció y corriendo se le echó al cuello y lo besó”
Miq 7, 14-15. 18-20; Sal 102; Lc 15, 1-3. 11-32.
Para comprender esta Parábola que inicia en el versículo 11, la liturgia pone los primeros tres versículos: “Todos los publicanos y pecadores se acercaban a escuchar a Jesús…”. Una religión que se denomine a sí misma la única y verdadera religión, tendría que tener por ley este evangelio.
A lo largo de los años se ha conocido este pasaje como la parábola del “Hijo Pródigo” porque la mayoría del relato habla sobre los pasos del hijo menor; sin embargo, ahora hablamos de la parábola del “Padre bueno” porque lo verdaderamente desconcertante es la actitud de un padre al que se le mató en vida cuando, pidiendo la porción de la herencia, el hijo decidió vivir ya sin la tutela de su padre. El padre espera siempre la vuelta, confía y sabe estar atento. Aún más desconcertante es su actitud: El corazón lleno de ternura y los pasos prontos para besar y abrazar al hijo cuando regresa.
Jesús nos dice que así es Dios.
Otra imagen que te invito a mirar con más detenimiento es la actitud del hijo mayor, ése que representa al pueblo de Israel, que cree que ha hecho todo bien y que merece siempre más que los demás.
¿Tú hubieras entrado al banquete si fueras el hijo mayor?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Armando González Meneses C.M.
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