La espiritualidad ecológica es uno de los objetivos de Laudato Si’. Este objetivo nos invita a entrar en una práctica espiritual profundamente arraigada en la creación de Dios. El Rev. Dr. Jostrom Isaac Kureethhadam, coordinador de Ecología y Creación en el Dicasterio Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, sugiere que la verdadera Espiritualidad Ecológica requiere que nos dediquemos a la contemplación, la misericordia y el cuidado.

Reflexionar:

«Ver el rostro de Dios en todo, en todos, todo el tiempo, y su mano en cada acontecimiento. Esto es lo que significa ser contemplativo en el corazón del mundo» (Madre Teresa, En el corazón del mundo: Pensamientos Historias y Oraciones).

La contemplación es el acto de mirar el mundo como una manifestación de lo divino. Cuando observamos todos los aspectos de la Creación con espíritu contemplativo, estamos invitando al mundo a revelarnos los múltiples rostros de Dios. ¿Qué maravilla y belleza se pueden encontrar en el amanecer? ¿Qué esperanza podemos extraer de las primeras flores que surgen en primavera? ¿Qué paz podemos extraer del burbujeo de un arroyo, o del susurro de las hojas al viento?

Dedica un momento a reflexionar sobre las formas en que la Creación de Dios te ha revelado su naturaleza y permítete contemplar con asombro la complejidad del mundo que te rodea.

Actuar:

La compasión es fe en acción. La crisis ecológica que afrontamos es el resultado directo de la ausencia colectiva de compasión de la humanidad por la Tierra. La desconexión entre las personas y el planeta puede repararse reconociendo que todos formamos parte de la Creación y, por tanto, hemos sido creados a imagen de lo divino.

Déjate envolver por la empatía ecológica y llénate de compasión por todas las criaturas de la naturaleza: plantas, animales y seres humanos. Grandes o pequeñas, son un reflejo de Dios. En este tiempo de Cuaresma, ¿cómo puedes mostrar compasión por nuestra casa común?

Orar:

Divino Creador, tú has hecho el mundo con esmero y de manera maravillosa, y te alabamos por el don de la Tierra. Mientras atravesamos el desierto espiritual en este tiempo de Cuaresma, ayúdanos a intensificar nuestro cuidado por la creación. Que podamos reparar nuestra relación rota con el mundo, reconociendo que toda la creación está interconectada y es sagrada, profundizando nuestra Espiritualidad Ecológica. Amén.

Ashley Stout
Fuente: https://nazareth.org/