La II Convocatoria de la Familia Vicenciana, celebrada en Roma del 14 al 17 de noviembre de 2024, reunió a representantes de todo el mundo con un objetivo común: responder con renovado compromiso al clamor de los pobres y de la tierra. En un ambiente de fraternidad y diversidad, se reflexionó sobre la misión vicenciana en el mundo actual, subrayando la necesidad de trabajar en sinodalidad, formando redes y alianzas que favorezcan el cambio estructural y el cuidado de la dignidad humana.
El documento final del encuentro, titulado Mantener encendido el fuego para ser peregrinos de esperanza, resalta la importancia de sostener la pasión por el carisma vicenciano en la transmisión a nuevas generaciones. Se enfatiza el compromiso con la formación de líderes capaces de animar y fortalecer la misión vicenciana en distintos contextos. Además, se destaca el gesto del Papa Francisco al elegir el Proyecto 13 Casas como parte del Jubileo, un signo concreto del llamado a estar al lado de quienes más sufren.
Sor María Donat, Hija de la Caridad de la provincia de España Este, comparte en su testimonio la riqueza de haber participado en este encuentro. Destaca la emoción de encontrarse con hermanos y hermanas de diversas partes del mundo, todos inspirados por San Vicente de Paúl y unidos en la búsqueda de nuevos caminos para la misión. Para ella, vivir el servicio con sencillez y proximidad es fundamental, pero también lo es impulsar estructuras que transformen la realidad de los más pobres. Su invitación es clara: sumarse a este movimiento, haciendo familia y promoviendo juntos la dignidad y el cuidado de la persona y de la tierra.
Texto del video:
Un saludo para todos.
Soy una Hija de la Caridad de la provincia de España Este. Tuve la gracia de participar en Roma el pasado mes noviembre en la segunda asamblea de la Familia Vicenciana en Roma, y disfruté muchísimo al ver la participación de tantos países, la riqueza de la diversidad en torno a un solo objetivo: ir hacia el encuentro de los más pobres” ir hacia las zonas donde se multiplica el sufrimiento y como Familia Vicenciana y allí hacernos presentes para implicarnos cada vez más, en la defensa de la dignidad humana. También ha sido impresionante ver cómo se sentía la pasión por la transmisión del carisma a las nuevas generaciones.
A mí me encanta en el día a día, vivir el servicio con sencillez en proximidad con el pobre, cerca de la persona, valorando cada encuentro. Pero qué bonito es también, encontrar en medio de la complejidad y diversidad de nuestro mundo, a hermanos hermanas nuestros, unos pertenecientes a la Familia Vicentina, y otros inspirados en San Vicente, todos unidos queriendo hacer el camino de la sinodalidad, en búsqueda y desde un compromiso con el cambio de estructuras, haciendo redes, creando alianzas para cuidar y mejorar la vida de las personas y sus contextos.
Ha sido un gesto precioso muy emotivo el que ha tenido el Papa Francisco al elegir “el proyecto 13 casas” para el Jubileo.
Son tantas las cosas que podríamos decir de este encuentro…
Lo importante es que todos sentimos la Misión en el corazón y queremos buscar las mejores estrategias de comunicación e información, y especialmente en el empeño en la formación de líderes para la animación de todo movimiento vicentino.
Juntos para propiciar nuevos caminos en defensa de la dignidad humana, el cuidado de la persona y el cuidado de la tierra.
Escuchar juntos el clamor de los pobres y el grito de la tierra, ha sido la mejor experiencia, y el poder celebrar unidos la riqueza de la diversidad, un magnífico regalo.
Os invito a todos a uniros a esta movida, haciendo familia.
GRACIAS.
María Donat HC
Lee o descarga el documento final de la II Convocatoria de la Familia Vicenciana: “Mantener encendido el fuego para ser peregrinos de esperanza”.
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