Evangelio y Vida para el 21 de febrero de 2025
“El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga”
Gén 11, 1-9; Sal 32; Mc 8; 34-9.1.
«Lo que cura al hombre no es huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptarlo, madurar en él y encontrar el sentido que tiene por la fe en Cristo, que sufrió con amor infinito.» (Benedicto XVI).
Jesucristo nos invita a tomar nuestra cruz de cada día y seguirle. Sólo con el Señor nuestro yugo se hace suave y nuestra carga ligera. Jesús nos recuerda que el cristiano está llamando a ir contracorriente en el mundo, pues, su forma de pensar no es la del mundo sino la de Dios su Padre.
Está claro que tenemos dificultades y caídas, pero caminamos con la esperanza puesta en la misericordia de Dios. Jesucristo con su Resurrección también nos llena de esperanza ante las dificultades que envuelven nuestra vida porque caminamos hacia el cumplimiento de las Bienaventuranzas: «dichosos los que sufren porque ellos serán consolados» (Mt 5, 3-10).
El dolor, como el jardinero, poda las ramas enfermas del árbol para que florezca y dé abundantes frutos. En el sufrimiento, aceptado con fe, tenemos una oportunidad única para valorar y apreciar mejor la vida. Así, nos hacemos más sensibles ante el dolor ajeno.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Sor Carolina Flores, H.C.
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