Novena de Navidad 2024: Camino Sinodal en Esperanza - Día 5

Andrés Felipe Rojas, CM
20 diciembre, 2024

Novena de Navidad 2024: Camino Sinodal en Esperanza – Día 5

por | Dic 20, 2024 | Espiritualidad y práctica espiritual, Formación | 0 Comentarios

Oración:

Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno a él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado; suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

Se reza tres veces Gloria al Padre.

Oración a la Virgen María:

Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma, y la de todos los que en este tiempo hicieran esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que aguardaste para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

Se reza tres veces el Avemaría.

Oración a san José:

¡Oh Santísimo José!, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…

Oración al niño Jesús:

Acuérdate ¡oh dulcísimo Niño Jesús! que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento y por ella a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en ti, ¡oh Jesús, que eres la misma verdad!, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de tu divina promesa acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

QUINTO DÍA

Vocaciones y carismas al servicio

Signo:

Cada participante escribe en un papel un don o talento que tiene. Luego, lo ofrece en una caja que simbolice el pesebre. Al final, se puede orar por esos dones para que den fruto al servicio de los demás.

  • Texto bíblico:

“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor. Y hay diversidad de actividades, pero un mismo Dios que realiza todo en todos. A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Uno recibe del Espíritu el don de sabiduría; otro, el don de ciencia, según el mismo Espíritu; otro, el don de fe, por el mismo Espíritu; y otro, carismas de curaciones por el único Espíritu” (1 Corintios 12, 4-9).

  • Reflexión:

«Los cristianos, personalmente o en forma asociada, están llamados a hacer fructificar los dones que el Espíritu concede con vistas al testimonio y al anuncio del Evangelio. «Hay carismas diversos, pero uno es el Espíritu; hay ministerios diversos, pero uno es el Señor; hay actividades diversas, pero uno es Dios, que todo lo obra en todos. A cada uno le es dada una manifestación particular del Espíritu para el bien común» (1 Co 12, 4-7). En la comunidad cristiana, todos los bautizados están enriquecidos con dones para compartir, cada uno según su vocación y condición de vida. Las diferentes vocaciones eclesiales son, de hecho, expresiones múltiples y articuladas de la única llamada bautismal a la santidad y a la misión. La variedad de carismas, que tiene su origen en la libertad del Espíritu Santo, tiene como finalidad la unidad del cuerpo eclesial de Cristo (cf. LG 32) y la misión en los diversos lugares y culturas (cf. LG 12). Estos dones no son propiedad exclusiva de quienes los reciben y ejercen, ni pueden ser motivo de reivindicación para sí mismos o para un grupo. Están llamados a contribuir tanto a la vida de la comunidad cristiana, también mediante una adecuada pastoral vocacional, como al desarrollo de la sociedad en sus múltiples dimensiones.” (n. 57).

En Navidad recordamos que Dios nos da talentos y dones para servir. Así como los pastores y los Reyes Magos ofrecieron lo mejor de sí mismos al Niño Jesús, estamos llamados a poner nuestros carismas al servicio de la misión.

Preguntas:

  • ¿Reconocemos los dones y carismas de los demás?
  • ¿Cómo usamos nuestros dones para servir?

Orientación práctica: Identificar un don en un miembro de la familia o comunidad y agradecérselo.

Gozos navideños:

Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!

¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!

¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte el brazo!

¡Oh, raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presenta al orbe tu fragante nardo!

Dulcísimo Niño que has sido llamado
Lirio de los valles, Bella flor del campo.

¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!

¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!

¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!

Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.

¡Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!

¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño, da al mísero amparo!

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo Pastor del rebaño!

¡Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo!

¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!

¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su niño vean, en tiempo cercanos!

¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!

¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!

¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!

¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

Descarga la Novena de Navidad completa pulsando sobre la siguiente imagen:

Fuente: https://www.corazondepaul.org/

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