Una vez oí una provechosa diferenciación entre contradicciones y correlaciones. En una contradicción, una parte anula a la otra: A no puede ser no-A. En una correlación, las dos cosas no se anulan mutuamente, sino que una existe en tensión con la otra, actuando cada una como correctivo de su opuesta.
Por ejemplo, la prudencia y la determinación. Si la prudencia se abandona a sí misma, puede caer en la inacción, en una indecisión fuera de lugar. La determinación por sí sola puede dar lugar a juicios precipitados e impulsividad. Pero al revés: La prudencia es lo que la determinación necesita para protegerse de la obstinación. La determinación es lo que necesita la prudencia para no paralizar la acción. La pareja existe como correlación, se corrigen mutuamente.
Los pares de palabras del salmo 85 lo ilustran. «La bondad y la verdad se encuentran». Ser demasiado amable podría herir a la persona con la que estoy siendo amable; por ejemplo, no quiero disgustarla diciéndole que tiene una enfermedad contagiosa. Pero ser brutalmente sincero podría acabar con su tranquilidad. Cada una necesita a la otra. «La justicia y la paz se besan». La justicia sin compasión puede provocar una crueldad inmerecida. La paz sin justicia puede restar fundamento a la paz.
Esta precisión nos ayuda a examinar nuestras virtudes vicencianas. Por ejemplo, la mansedumbre de Vicente. Ciertamente puede ayudar en el ministerio. Pero sin la firmeza adecuada, puede privar al imperativo de una directiva necesaria.
Este modelo aparece en los evangelios. En el capítulo 12 de Lucas, Jesús nos advierte que estemos atentos a la llegada del Maestro. Pero si se toma de forma demasiado estricta, esto puede extenuar al vigilante. O el consejo de Vicente de «ver a Cristo en el otro» puede tomarse tan literalmente que se pase por alto la singularidad de esa otra persona.
Correlativos: opuestos que se necesitan mutuamente para mantenerse en el buen camino. La paz alienta la justicia; la justicia fundamenta la paz. La bondad que dice la verdad; la verdad que afianza la bondad. Virtudes, actitudes y comportamientos: cada uno busca el estímulo de su opuesto.
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