En el oeste de Mauritania, una comunidad de Hijas de la Caridad vive en Atar, en el interior del desierto. Las hermanas se dedican a la educación de los niños y a la formación e integración de jóvenes y mujeres. La población carece de todo y está mayoritariamente ociosa.
«Demasiado a menudo desocupados, los niños juegan con ruedas de coche que arrastran por la arena. Los jóvenes y las madres están a menudo delante del televisor (en casa o con los vecinos que tienen uno) porque no tienen otra cosa que hacer, sin expectativas de futuro». Sor Diala
El proyecto «Mi aldea en el fin del mundo» ha permitido instalar 2 tiendas de campaña para ofrecer talleres e interacción social a estos jóvenes y a sus madres, especialmente durante los meses en que el calor puede alcanzar los 50-60 grados.
La Hermana Diala nos cuenta:
«Para aprovechar los meses más frescos, empezamos en diciembre a organizar actividades/talleres de francés para jóvenes a partir de 15 años, arte y dibujo para niños de 8 a 14 años, y fútbol para niños y jóvenes a partir de 8 años.
Para ello se ha contratado a 4 profesores y se han levantado 2 tiendas provisionales a la espera de su instalación permanente al inicio del nuevo curso escolar.
El impacto de este proyecto ha sido muy positivo, dados los progresos realizados en las pruebas de francés, dibujo y arte, y el impulso deportivo proporcionado por los partidos de fútbol celebrados con los distritos vecinos.
Tekbir, madre de 3 hijos y maestra de guardería, vive en una situación precaria. Asiste a clases de francés con gran asiduidad. Ahora puede expresarse y escribir en francés, y muestra un verdadero interés por aprender. Ha recuperado la confianza en sí misma y en sus capacidades, y tenemos previsto continuar su formación para que pueda convertirse en la directora de la guardería que dirigen las hermanas.
Otras madres han perseverado en sus clases de francés, lo que ha exigido un gran esfuerzo por su parte, dada la fatiga que produce el calor, ¡que alcanzó los 43 grados en marzo!
En total, 55 personas se han beneficiaron de los talleres. Nuestro objetivo son 200 personas, incluidas las mujeres a las que se ofrecerá formación, sobre todo en saponificación (fabricación de jabón).
Gracias a la movilización masiva de los donantes de Proyectos Rosalía, en particular de las escuelas que han elegido este proyecto para la Cuaresma, la suma recaudada ha superado con creces su objetivo de financiación. Así pues, las actividades continuarán hasta finales de 2025, se proporcionará apoyo educativo a los alumnos de primaria y profesores motivados podrán supervisar a los niños y a las mujeres.
«Que las sonrisas que sembréis hoy en los labios de estas personas
abundantes frutos de felicidad, fraternidad y amor en sus vidas. Gracias».
Sor Diala Kassably
Sr Diala Kassably
Fuente: projets-rosalie.com
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