“Cuando sucedan estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca”
Ap 20, 1-4. 11-21, 2; Sal 83; Lc 21, 29-33.
Hoy es el penúltimo día del año litúrgico y las lecturas siguen abordando los signos y señales que sucederán al final de los tiempos. Jesús nos invita en el Evangelio a estar atentos a los signos, pero, como habíamos reflexionado antes, no nos lo recuerda para que entremos en pánico, sino para seguir sirviendo y construyendo el Reino.
Esto lo supo perfectamente Santa Luisa de Marillac quien, en el siglo XVII, junto con San Vicente de Paul, fundó la “Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Siervas de los Pobres”.
La Compañía nació para dar respuesta a las múltiples necesidades de los innumerables pobres que existían en Francia, es decir para el servicio de los pobres. En un principio se dedicaron a cuidar enfermos en sus propios domicilios, posteriormente en los hospitales, y poco a poco integraron más actividades a su servicio, como el cuidado y educación de niñas, niños abandonados, presos, soldados heridos, refugiados, ancianos, dementes y otros. En fin, todos los empobrecidos del mundo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autores: Juan Francisco Cervantes y Sandra Pinedo, de la Sociedad de San Vicente de Paúl
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