«LA TÍPICA EXPRESIÓN PARA INICIAR UNA AMISTAD PUEDE SER ALGO ASÍ: ‘¿CÓMO, TÚ TAMBIÉN? YO PENSABA QUE ERA EL ÚNICO’».
– C.S. LEWIS
Entrar en un lugar desconocido puede evocar fuertes sentimientos de inquietud. Atravesar una puerta y entrar por primera vez en una situación desconocida puede resultar intimidante o provocar ansiedad. La emoción de empezar un nuevo trabajo suele mezclarse con la anticipación estresante de las personas y actividades anónimas que le esperan. La alegría y la relajación de asistir por primera vez a una fiesta o a un acto social pueden verse teñidas por la esperanza de evitar la incomodidad, la soledad o las conversaciones dolorosas.
Puede que recuerdes las veces que has estado en algún sitio por primera vez. ¿Qué esperabas? ¿Qué buscabas? Con suerte, una de las experiencias que te inundaron de alegría y alivio fue la de ver una cara amiga.
Una cara amiga puede tener un significado importante, ya que puede evocar sentimientos de confort, confianza y positividad. Para alguien que se siente solo, ansioso o estresado, ver una cara amiga puede proporcionarle una sensación de apoyo y conexión. También puede hacer que se sienta acogido y valorado, lo que puede aumentar su autoestima y confianza. En algunos casos, también puede servir como recordatorio de experiencias y recuerdos positivos, lo que mejora aún más el estado de ánimo y la perspectiva. Una cara amiga puede tener un gran impacto en el bienestar emocional de una persona y en sus relaciones con los demás.
Como vicentinos, conocer gente nueva y ver caras nuevas forma parte de nuestro trabajo. Tanto si se trata de un prójimo que visita uno de nuestros servicios por primera vez como cuando visitamos a personas en sus hogares, lugares de trabajo o espacios públicos, a menudo confiamos en nuestra primera impresión de las personas que encontramos. ¿Cómo se saluda a un prójimo cuando se le conoce por primera vez?
Uno de los aspectos clave de la espiritualidad de san Vicente de Paúl era ver a Cristo en los pobres y a los pobres en Cristo. En otras palabras, Jesús es especialmente reconocible en aquellas personas que experimentan la pobreza y la injusticia. Nuestra tradición cristiana nos recuerda que todos hemos sido creados a semejanza de Dios. Reconocemos la presencia real de Dios en los demás. Es también una llamada a la acción. Reconocer a Cristo en los demás significa tratar a las personas con profundo respeto, compasión y amor. No siempre es sencillo o fácil hacerlo, especialmente cuando estos valores no son recíprocos. Ojalá aceptes el reto y ofrezcas ese regalo a otros al ser la cara amable que recibe calurosamente al forastero en la puerta.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
- ¿Cuándo te has sentido incluido o excluido por los demás por primera vez?
- ¿Cómo recibes a los demás?
De: Firewood for the soul, vol. 2, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill y James Hodge.
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