«DA TU PRIMER PASO CON FE, NO ES NECESARIO QUE VEAS TODA LA ESCALERA».
– MARTIN LUTHER KING, JR
Lectura del Evangelio de Marcos: «Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: ’Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir’».
La ofrenda de la viuda es uno de los relatos más breves de los Evangelios de Lucas (21,1-4) y Marcos (12,41- 44), pues sólo consta de cuatro versículos. Curiosamente, en ambos relatos la historia va precedida por la condena de Jesús a aquellas personas que parecen piadosas, altaneras y orgullosas y que oprimen a los demás, especialmente a las viudas. La brevedad de sus palabras refleja el núcleo de su lección moral. ¿Das por tu abundancia o por tu necesidad?
En la Palestina del siglo I, las viudas dependían económicamente y socialmente de sus parientes varones. El apoyo fuera de las estructuras familiares era limitado. La pobreza de la viuda indicaría la ausencia de estos patrocinios. No tiene recursos ni poder en muchos aspectos de su vida. Sin embargo, su historia no termina ahí. Como en otros casos de los relatos evangélicos, son las mujeres las que, con sus palabras, preguntas o ejemplos, enseñan a los demás a vivir y relacionarse correctamente. La viuda anónima es una mujer que no pronuncia palabra, pero sus acciones y su ejemplo lo dicen todo. La riqueza de su carácter y de su fe es muy evidente.
El suyo es un ejemplo sencillo de generosidad, en el mejor sentido de la expresión. Su munificencia es sencilla y carece de complejidad, a pesar de que su vida debió de estar llena de complicaciones. Refleja una enorme confianza en Dios. Entregar todo el dinero es un acto de profunda confianza. Es todo lo que tiene. Lo da a pesar de todo. Su consideración por las necesidades de los demás es inspiradora. Su filantropía toca la fibra sensible de Jesús con tal veracidad que sigue siendo un ejemplo para nosotros en nuestro tiempo. Nos incita a la autorreflexión. ¿Cómo das tú? ¿Desde la abundancia o desde la necesidad?
En nuestra tradición vicenciana, es otra mujer la que enseña a los primeros miembros de la Sociedad el significado de la riqueza, el servicio y la misión. La beata Rosalía Rendu vivió su vida en solidaridad con las personas que sufrían pobreza extrema, abandono y penurias en el París del siglo XIX. También nos llama, como a Federico Ozanam y a sus contemporáneos, a una relación confiada y profunda con Dios: «Aceptemos todo lo que nos venga. Dios nos enviará suficiente dinero y suficientes bienes, siempre que los utilicemos bien».
Es difícil seguir el ejemplo concreto de la viuda. Puede servir como recordatorio de que la generosidad genuina y humilde forma parte de la práctica cristiana. También es una invitación a profundizar continuamente nuestra confianza en un Dios abundante y generoso que cuida incondicionalmente de nosotros y de nuestras necesidades.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
- ¿Cuál es tu reacción ante la historia de la viuda?
- ¿Qué invitaciones recibes en tu vida para aumentar tu confianza en Dios?
De: Firewood for the soul, vol. 2, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill y James Hodge.
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