“A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos”
Job 9, 1-12. 14-16; Sal 87; Mt 18, 1-5. 10.
El discurso de hoy señala actitudes y normas de conducta para las relaciones entre los miembros de la comunidad cristiana. Los discípulos comienzan preguntando a Jesús: ¿Quién es el más importante en el Reino de los cielos?, es decir, en la comunidad de los hijos de Dios. La respuesta de Jesús es que llama a un niño, lo pone en medio y les dice “si no se vuelven como niños no entrarán en el Reino de los cielos”. Porque el Reino de los cielos es para quienes se hacen como niños.
El niño es un ser débil que no posee nada ni tiene nada que decir en la comunidad de los adultos. El niño, como el pobre, sólo puede recibir con alegría lo que se le ofrece, porque depende totalmente de los demás.
Es la situación del hombre ante Dios y consecuentemente, la actitud que Jesús quiere de sus discípulos: receptividad, sencillez, humildad y transparencia. Es una actitud de dependencia y de confianza en Dios. Haz Señor que seamos humildes y necesitados de tu amor, conscientes de que sin ti nada podemos hacer.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jaime Reyes Mendoza C.M.
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