‘‘Soy manso y humilde de corazón’’
Is 26, 7-9. 12. 16-19; Sal 101; Mt 11, 28-30.
Jesús hace la invitación abierta a todos: Acercarse a los que se sienten excluidos y agobiados por las estructuras sociales y religiosas, y les propone llevar el yugo de la libertad que abre al diálogo y a la tolerancia, que introduce en la mansedumbre, que hace capaz al discípulo de entrar en otra dimensión en su relación con los demás.
Aprender de Jesús la mansedumbre y la humildad, ¿Cómo? Porque es verdaderamente difícil ser tolerantes hasta con los pequeños defectos de los demás. Decimos lo mismo sobre la humildad, constantemente brotan de lo hondo de nuestro corazón sentimientos de superioridad y de engreimiento.
Contemplemos a Jesús, meditemos su palabra y abramos nuestra vida buscando conformarla con su misma persona.
Ayúdame señor a ser humilde y tolerante con todas las personas que no piensan como yo y que no son como yo, sabiendo que los amas igual que a mí. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Rosendo Martínez Flores C.M.
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