¿Quiénes son los grandes genios de la historia? Sin duda, hay muchos que marcaron la vida cotidiana de la gente de su tiempo… y mucho más allá.

Walter Isaacson ha escrito con perspicacia sobre algunos grandes genios: Leonardo DaVinci, Ben Franklin, Einstein, Steve Jobs. Sin duda, reconoce la importancia de la inteligencia. Pero él piensa que el rasgo más común puede ser la extraordinaria capacidad de aplicar la creatividad y el pensamiento imaginativo a casi cualquier situación.

Vincent era un genio creativo… ¡en el trabajo en red!

En esta reflexión exploro por qué san Vicente de Paúl debe ser clasificado como un genio. A través de su vida, Vicente también nos muestra cómo desarrollar nuestro don para el pensamiento imaginativo.

El camino de Vicente hacia la genialidad

La gente adinerada de la Francia en el tiempo de Vicente podría ser excusada por pensar inicialmente: «¿Qué bien puede venir de Dax?» Ciertamente, Vicente tenía talento. Pero, ¿habría imaginado alguno de sus contemporáneos que iba a «cambiar la faz de Francia y de la Iglesia»? ¿Podrían haber previsto que 400 años después de su muerte, literalmente millones de personas en más de 150 países del mundo estarían sirviendo a los olvidados del mundo?

Creo que Vicente descubrió su genio peculiar leyendo las escrituras con imaginación. Su recorrido fue diferente a la de otra persona que dio forma a su mundo: san Pablo. Saulo tuvo un poderoso encuentro con Jesús, que le ayudó a ver su presencia en las mismas personas a las que perseguía.

Parece que alrededor de los 30 años, Vicente DePaul comenzó a encontrar a Jesús en las escrituras. Aprendió, observando a Jesús en las escrituras, a ver y cuidar a los marginados. Allí Vicente aprendió a pensar como Jesús. Así que empezó a ocuparse de los marginados de la sociedad. Se tomó en serio el mandato de Jesús… «Haced esto en memoria mía» en las situaciones en las que se encontraba.

El genio especial de Vicente para el trabajo en red

Vicente se atrevió a imaginar un mundo en el que las personas se cuidaran unas a otras. Imaginó cómo sería tomarse en serio la oración de Jesús, el Padre Nuestro. Trató a todos, incluso y especialmente a las personas olvidadas en los márgenes, como sus hermanas y hermanos.

Con claridad de miras, también sabía que él era sólo una persona. En su «imaginación al estilo de la de Cristo», también vio al clero, a los laicos y a las mujeres unidos en la visión de Dios.

Con esta imaginación, dio forma a los supuestos «influenciadores» de su época, los clérigos, y aprovechó recursos no reconocidos anteriormente para el ministerio: los laicos, y especialmente las mujeres. Inspiró a cada uno de ellos a imaginar la dignidad de los hermanos y hermanas. Desencadenó a cada uno a preguntarse «¿qué debo hacer?» por mi hermana y hermano necesitado.

Nuestra llamada a ser genios

¿Su genialidad en el trabajo en red es una especie de «verdad olvidada» para los seguidores de Vicente?

Vicente, el creador de redes, estaba

1. convencido de que otros compartirían su visión si se les pedía;
   
2. era lo suficientemente humilde como para pedir ayuda a los demás;
   
3. era experto en involucrar a otros en lo que veía que había que hacer;
   
4. inventivo para encontrar la fuerza en sus limitaciones;
   
5. lo suficientemente valiente y hábil para fomentar el papel de los laicos, especialmente de las mujeres.

¡Podemos ser genios si recordamos esas cinco características de Vicente!

Vivir el genio vicenciano es imaginar lo que hay que hacer y ser lo suficientemente valiente para imaginar las formas más adecuadas de hacerlo.

«¿Qué debo hacer?» Vivir la imaginación de Dios, de Jesús y de san Vicente: la imaginación vicenciana, y el carisma.

Entonces nosotros también seremos genios «¡creativos hasta el infinito!».

Atreverse a imaginar nuevas formas de trabajar en red

• ¿Imaginamos nuestro mundo con la mente de Jesús?
• ¿O nos sentimos abrumados pensando que debemos hacerlo todo nosotros mismos?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk