«Los privilegios»: un foro con grandes sorpresas

por | Oct 5, 2022 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Tener privilegios no significa que un individuo sea inmune a las dificultades de la vida, pero sí significa tener un beneficio o una ventaja que uno recibe en la sociedad por la naturaleza de su identidad.

Comienzo esta reflexión con una frase que la mayoría de nosotros hemos escuchado, e incluso a veces nos sentimos empujados a repetir: «Nadie reconocerá lo mucho que has luchado para llegar a donde estás. Cuando vean tus logros, dirán que es suerte». Y es un hecho que las luchas diarias son retos invisibles y que hay un trabajo personal hercúleo para mantenerse vivo como sujeto social y político. Pero, respecto al camino recorrido, ¿esa lucha por «llegar» es igual para todos? Mi pregunta se plantea como un medio para reflexionar sobre la calificación de las condiciones y las diferentes intensidades de esta lucha diaria. Pero sobre todo busca entender que somos muchos los que tenemos que luchar exponencialmente más duro para llegar a posiciones mucho más reducidas, mientras que a otros, unos pocos, se les facilita el camino gracias a las condiciones sociales, económicas y culturales construidas histórica y políticamente. Es decir, que hay personas, una minoría, que están en una posición privilegiada.

Y este es el quid de la cuestión: hablar de privilegios, cuando muchos no entienden el verdadero significado del término. Tener privilegios no significa que un individuo sea inmune a las dificultades de la vida, sino que significa tener un beneficio o una ventaja que uno recibe en la sociedad por la naturaleza de su identidad. Algunos ejemplos de tipos de identidad que gozan de privilegios individuales son: la raza, el género, la orientación sexual, la religión, el estatus socioeconómico, el país de origen, la lengua o las habilidades.

Es bueno recalcar que en ningún momento se pretende desvalorizar o cuestionar el trabajo diario realizado por nadie, los méritos personales o incluso los retos que aparecen en nuestro camino que sólo quien los atraviesa conoce sus dificultades. Por el contrario, se trata de intentar reflexionar sobre hasta qué punto el privilegio de unos pocos es el resultado de la desigualdad económica, social y cultural, y cómo algunos grupos específicos de nuestra comunidad tienen que trabajar mucho más que otro grupo, los privilegiados, para alcanzar resultados equivalentes, o incluso inferiores.

El núcleo de la cuestión es, por tanto, que hay diferentes formas de percibir cómo está constituida nuestra sociedad. Una de las visiones dice que existe una dicotomía entre quienes ponen al ser humano en el centro, con la prerrogativa de que todos somos iguales y así debemos vivir, y quienes viven creyendo y beneficiándose de valores y prácticas discriminatorias que priorizan la desigualdad derivada de los privilegios de una determinada visión política y económica. Y estas diferencias en la concepción del mundo y de la sociedad, que influyen en la forma en que el individuo se ve a sí mismo y al otro, se despliegan en prácticas discriminatorias y, muchas veces, en el mantenimiento de los privilegios de algunos que acaparan los espacios de toma de decisiones.

Me parece que cuando hablamos de privilegio hay una cierta dificultad para que los que están en la parte llamada «superior» del poder consigan ponerse en el lugar de los que están en otras situaciones de mayor vulnerabilidad económica y social. Por eso creo que reconocer que se tiene un privilegio, o privilegios, es el primer paso para cambiar la realidad desigual que nos rodea.

¿Crees que has tenido o tienes algún privilegio que te haya dado un «empujón» en tu trayectoria personal? Recuerda que esto no infravalora ni descalifica ningún trabajo, pero sí ayuda a percibir la realidad desigual que existe y, una vez consciente de ello, poder apoyar a quienes más lo necesitan y construir así una sociedad más justa.

A continuación se muestra un vídeo de una dinámica que ayuda mucho a entender si nuestra trayectoria ha contado con ciertos privilegios. Esta actividad muestra claramente cómo la desigualdad es una desventaja en todos los aspectos de la vida de las personas que la sufren. En él, se formulan preguntas iniciales a un grupo de personas, que se disponen una al lado de la otra en una fila. Al responder a las preguntas, los participantes dan pasos hacia adelante o hacia atrás, según la intención de la pregunta, y al final se ve cómo las dificultades que sufren las personas en relación con los demás influyen en su vida cotidiana. En el vídeo (en portugués), producido por el Instituto Identidades de Brasil, se puede ver cómo, incluso en un pequeño grupo, el impacto del privilegio influye en la vida cotidiana:

Aquí hay algunas de preguntas(1) para que reflexionemos:

  • Si su familia estuvo contigo en tu infancia y adolescencia, da un paso adelante.
  • Si conseguiste una beca durante tu infancia o adolescencia, da un paso adelante.
  • Si tu casa se ha inundado de agua o si has perdido algo de dinero por morar en una zona de riesgo, da un paso atrás.
  • Si has estudiado en una institución pública durante la enseñanza básica, fundamental o media, haz un paso para atrás.
  • Si tienes problemas para hacer amigos en la escuela o para conseguir un empleo en función de tu raza, da un paso para atrás.
  • Si ya has tenido problemas por el color de tu piel o con el tipo de cabello, da un paso atrás.
  • Si quieres tener otro color de piel, haz un paso atrás.
  • Si puedes manifestar cariño y afecto por tu pareja, en público, sin mediar represalia, ridiculización o violencia, da un paso adelante.
  • Si se te ha diagnosticado alguna deficiencia física o mental, dé un paso adelante.
  • Si tienes la libertad de ir y vivir sin sufrir abusos o violencia sexual, da un paso adelante.

Pensar en los privilegios y desafiarlos como regla de la sociedad es un ejercicio continuo. Es algo que debe formar parte de la conciencia diaria. Pero es un concepto difícil de manejar y que no se ve fácilmente. Se trata de desafiar constantemente nuestra posición en el mundo, y entender los desequilibrios de poder de los que formamos parte. La importancia de esto es que, una vez conocido nuestro «lugar de batalla», también es posible ver al «otro» y pensar en conjunto cómo podemos cambiar esta cultura de desigualdad y cómo ofrecer a esta sociedad, dividida injustamente, opciones de igualdad de oportunidades, reduciendo, así, las diferencias entre los seres humanos.

(1) También hay un vídeo original en inglés, https://youtu.be/hD5f8GuNuGQ, que detalla las 50 preguntas de la dinámica y que puede ser un buen ejercicio de reflexión personal sobre la realidad social de la que formamos parte:

  • Si tus padres trabajaron noches y fines de semana para mantener a tu familia, da un paso atrás.
  • Si eres capaz de moverte por el mundo sin miedo a una agresión sexual, da un paso adelante.
  • Si puedes mostrar afecto a tu pareja sentimental en público sin miedo al ridículo o a la violencia, da un paso adelante.
  • Si alguna vez te han diagnosticado una enfermedad/discapacidad física o mental, da un paso atrás.
  • Si el idioma principal que se hablaba en tu casa al crecer no era el inglés, da un paso atrás.
  • Si procedes de un entorno familiar que te apoya, da un paso adelante.
  • Si alguna vez has intentado cambiar tu forma de hablar o tus modales para ganar credibilidad, da un paso atrás.
  • Si puedes ir a cualquier lugar del país y encontrar fácilmente el tipo de productos para el cabello que necesitas y/o los cosméticos que se adaptan a tu color de piel, da un paso adelante.
  • Si te avergonzabas de tu ropa o de tu casa mientras crecías, da un paso atrás.
  • Si puedes cometer errores y que la gente no atribuya tu comportamiento a defectos de tu grupo racial/género, da un paso adelante.
  • Si puedes casarte legalmente con la persona que amas, independientemente de dónde vivas, da un paso adelante.
  • Si has nacido en Estados Unidos, da un paso adelante.
  • Si tú o tus padres habéis pasado por un divorcio, da un paso atrás.
  • Si crees que has tenido un acceso adecuado a alimentos saludables mientras crecías, da un paso adelante.
  • Si estás razonablemente seguro de que te contratarían para un trabajo en función de tu capacidad y cualificación, da un paso adelante.
  • Si nunca te lo pensarías dos veces antes de llamar a la policía cuando se producen problemas, da un paso adelante.
  • Si puedes ir al médico siempre que lo necesites, da un paso adelante.
  • Si te sientes cómodo siendo emocionalmente expresivo/abierto, da un paso adelante.
  • Si alguna vez has sido la única persona de tu raza/género/estado socioeconómico/orientación sexual en un aula o lugar de trabajo, da un paso atrás.
  • Si pediste préstamos para tu educación da un paso atrás.
  • Si tienes tiempo libre por tus fiestas religiosas, da un paso adelante.
  • Si tuviste un trabajo durante tus años de instituto y universidad, da un paso atrás.
  • Si te sientes cómodo volviendo a casa solo por la noche, da un paso adelante.
  • Si alguna vez has viajado fuera de Estados Unidos, da un paso adelante.
  • Si alguna vez has sentido que NO había una representación adecuada o precisa de tu grupo racial, grupo de orientación sexual, grupo de género y/o grupo de discapacidad en los medios de comunicación, da un paso atrás.
  • Si confías en que tus padres serían capaces de ayudarte/apoyarte económicamente si pasaras por una situación de dificultad económica, da un paso adelante.
  • Si alguna vez te han acosado o se han burlado de ti por algo que no puedes cambiar, da un paso atrás.
  • Si en tu casa había más de 50 libros mientras crecías, da un paso adelante.
  • Si estudiaste la cultura o la historia de tus antepasados en la escuela primaria, da un paso adelante.
  • Si tus padres o tutores fueron a la universidad, da un paso adelante.
  • Si alguna vez has ido de vacaciones en familia, da un paso adelante.
  • Si puedes comprarte ropa nueva o salir a cenar cuando quieras, da un paso adelante.
  • Si alguna vez te ofrecieron un trabajo por tu relación con un amigo o familiar, da un paso adelante.
  • Si alguna vez uno de tus padres fue despedido o estuvo en el paro no por elección, da un paso atrás.
  • Si alguna vez te sentiste incómodo por una broma o una declaración que escuchaste relacionada con tu raza, etnia, género, apariencia u orientación sexual, pero te sentiste inseguro para enfrentar la situación, da un paso atrás.

Aline Villas Boas
Fuente: https://www.padresvicentinos.net/

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