Algunas personas que en un momento pasado han tocado tu vida, puede que de alguna u otra manera.

Los que cuando te visitan te hacen sonreír, en el momento en que más lo necesitas.

Los que se te acercan y conversando contigo, te hacen ver,  el lado brillante de las cosas, cuando estás muy deprimido.

Los que cuando te encuentras con ellos, con tus gestos,  deseas hacerles saber, lo mucho,  que aprecias su amistad.

El amor solo comienza a desarrollarse en nuestro corazón, cuando amamos a quienes no necesitamos para que nos ayuden en nuestros fines personales. Qué bien tenemos que sentirnos en nuestro interior,  cuando le damos amor a alguien, es  como un brote de agua viva, que sale de nuestro corazón y le damos las gracias, porque se ha acercado a nosotros a pedirnos ayuda, jamás le presionaremos para  que sea perfecto y que comparta nuestra religión para ayudarlo, al contrario aceptamos sus limitaciones y aceptamos luchar por librarlo de sus dependencias.

Me gustaría ir por el mundo buscando y ganando amigos, para ofrecerles todo lo mejor de nosotros.

Yo quiero ser tu amigo, cuando todos te abandonen.

Yo quiero ser tu amigo y estar apoyándote junto a ti, cuando en verdad, tú me necesites y no darte de lado y mirar en otra dirección.

Yo quiero respetar tu forma de pensar, tus actos, en fin tu vida y acercarme a darte valor cuando vea que estas deprimido.

Yo quisiera que Dios me iluminara para poder darte consejos con tacto y no como un viejo regañón, para que no te sientas mal con mis palabras, que siempre lleven un mensaje de alivio en  tu corazón herido en esos momentos. Y nunca que mi oratoria sea tan mala que te sientas mucho mas deprimido.

Para mí es una obligación el sacrificarme por ti, para que veas en mí el apoyo que necesitas y lograr mitigar tus necesidades, físicas y personales, porque no solamente de pan vive el hombre.

Yo quiero, mi querido lector. SER TU AMIGO.

Por Víctor Martell