“Yo soy el pan de la vida”
1 Re 19, 4-8; Sal 33; Ef 4, 30-5,2; Jn 6, 41-51.
El evangelio de San Juan que hoy escuchamos continúa el relato sobre el Pan de Vida, y nos recuerda que no se trata sólo del pan material, que también necesitamos indudablemente, sino de aquel pan que nutre el sentido profundo de nuestra existencia, aquel que hace que valga cada uno de nuestros esfuerzos en la vida.
Cuando Jesús nos habla de sí mismo como pan de vida, nos está hablando de su estilo de vida, de aquello que nutre sus motivaciones más profundas, de lo que le hace levantarse cada día, de aquello que le hace sentirse profundamente amado por el Padre, de lo que le mueve a ir siempre al encuentro de los demás, de aquello por lo que está incluso dispuesto a afrontar la cruz para que otros tengan vida. Y su propio estilo de vida, su propio pan, su propia carne, es aquello con lo que desea alimentarnos para que logremos una vida plena de sentido.
Señor, danos hambre y sed de querer vivir una existencia tan llena de sentido como la tuya, para que todo el que conviva con nosotros pueda decir a Dios: ¡Gracias, gracias por amarme con la paciencia y la ternura de este hermano! Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.
0 comentarios