“No he venido a traer la paz…”
Éx 1, 8-14. 22; Sal 123; Mt 10, 34 -11, 1.
Escuchar a Jesús decir que no ha venido a traer la paz sino la división, incluso entre las familias, nos puede parecer fuera de lugar. Sin embargo, pensemos en aquellas familias donde alguno de los integrantes se dispone a vivir al estilo del Evangelio, revistiéndose de las actitudes de Jesús, dejándose reconfigurar por el Espíritu…, este cambio le puede implicar distanciamientos, porque no todos sus familiares, amistades, vecinos y compañeros de escuela o de trabajo, van a estar de acuerdo con su forma de pensar, sentir y actuar.
Vivir al estilo de Jesús es tener como proyecto el Evangelio, es acoger la Palabra en nuestra mente y en nuestro corazón, anteponiéndola al amor que podamos sentir por los integrantes de nuestro núcleo familiar. Por eso la invitación de Jesús es a seguirle tomando nuestra cruz de cada día.
Hoy pidamos al Padre que nos ayude a reconocer cuáles son esos “amores” que nos atan y que han sido obstáculo para encontrarnos plenamente con Él en nuestro diario caminar.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: María Raquel Estrada Díaz.
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