Declaración pública de la Familia Vicentina en Chile

por | Ago 1, 2020 | Noticias | 1 comentario

La Familia Vicentina en Chile, enfrentando la crisis desatada por el covid-19.
La pandemia sanitaria, social y económica.

El Consejo Nacional de la Familia Vicentina en Chile, ante la crisis desatada por la pandemia del coronavirus, con sus consecuencias económicas y sociales, que afectan especialmente a los más pobres, “nuestros amos y señores”, manifiesta ante los miembros de nuestra Familia y ante la comunidad eclesial y nacional:

    1. Recogemos la herencia que nos legaron san Vicente de Paúl, santa Luisa de Marillac y los demás santos y mujeres y hombres destacados en nuestra Familia, quienes nos enseñaron a afrontar, a lo largo de la historia, epidemias, pestes, situaciones de guerra, violencia, crisis sociales. Todas estas situaciones fueron enfrentadas por los nuestros, siempre desde el Evangelio, con decisión, valentía, sin temer el riesgo y con una palabra clara, sin temor de incomodar a quienes, desde posiciones de poder y bienestar, pudiesen comportarse en forma egoísta y negligente.
    2. Hay múltiples ejemplos de valentía y proactividad de nuestros antecesores: san Vicente enfrentando a Mazarino, en la Guerra de la Fronda; Margarita Nassau, que muere infectada, por entregar su cama a una mujer con peste; el P. Justino Delaunay, segundo Visitador de Chile, que se esmeró por atender a los heridos de la Guerra del Pacífico y por auxiliar a los infectados por el cólera, a fines del siglo XIX.
    3. Cada miembro de la Familia Vicentina ha sentido un deber, durante estos meses: el seguir todas las instrucciones preventivas, para cuidarse a sí mismo y cuidar a los demás. No somos ni nos creemos invulnerables y sabemos que hemos de obedecer a la autoridad, porque nadie está exento de ello y todos somos iguales ante la ley. Es un imperativo ético.
    4. A veces, las medidas de prevención son tardías e insuficientes. Ante esta situación, hacemos un llamado abierto a aspirar a lo óptimo. En este mismo sentido, invitamos a todos a cuidarse y cuidar de los demás, siguiendo todos los protocolos que exige la autoridad. Asimismo, esperamos que cuando comiencen a relajarse las medidas sanitarias, todos seamos prudentes. Invitamos a la comunidad a dar el ejemplo en este sentido.
    5. Somos partidarios de una sociedad solidaria. Por lo mismo, rechazamos cualquier actitud economicista. La economía no puede ser más importante que la salud, la vida y la dignidad de las personas. Nos esforzamos por vivir de acuerdo con este principio y por ser los primeros en asumir una actitud humana, solidaria, cristiana. Desearíamos que la sociedad, que nuestro país y sus autoridades, actuaran movidos por estos principios.
    6. Consecuentes con lo anterior y en la medida de nuestras posibilidades, hemos organizado —en nuestros grupos y a nivel nacional— la campaña “La luca solidaria”, para ir en ayuda de los más afligidos por la falta de alimento y/o que se encuentran en condiciones de subsistencia. Continuaremos, mientras sea necesario, nuestra campaña. Sabemos que este llamado es una medida de emergencia y como tal puede resultar insuficiente. Pero nuestra conciencia nos dice que no podemos permanecer indiferentes ante el dolor de las personas. Entendemos y afirmamos que la limosna no puede sustituir a la justicia y que, así como los particulares ayudan, el Estado —como tal— debe colaborar en forma oportuna y eficiente en momentos de crisis y arbitrar las medidas para que el futuro sea más justo para todos.
    7. Encomendamos a nuestro país, especialmente a los más pobres y postergados, a la misericordia infinita del Señor, que vino a anunciar la Buena Nueva a los pobres, a vendar los corazones heridos y a inaugurar un tiempo de gracia, de gratuidad, de perdón, de condonación de las deudas, de vida. Confiamos en la maternal intercesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa y en la intercesión e inspiración de nuestros santos, a la vez que nos comprometemos a colaborar eficazmente en la búsqueda de un sistema más justo, que comience con el derrumbe de las estructuras injustas de la sociedad.

La Familia Vicentina en Chile.
Fuente: https://ssvp.cl/

Etiquetas: coronavirus

1 comentario

  1. Otoniel Diaz Flores

    Soy miembro de favi de Costa Rica y pertenezco a una rama nueva llamada Avifus, nuestro apostolado nació enel año1997 y velamos por la atención integral de indigentes de nuestra comunidad de Turrialba. En este tiempo de pandemia no hemos dejado de trabajar dia a día a favor de nuestros hermanos. Usamos todos los medios de protección y nos lanzamos a las calles en busca de ellos para socorrrerlos. El amor no tiene límites. Se ama a Cristo en los pobres y se les ayuda a pesar de la pandemia.

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