Conferencia sobre el impacto de Santa Luisa de Marillac como educadora

por | May 8, 2019 | Espiritualidad y práctica espiritual, Formación, Reflexiones | 1 comentario

Santa Luisa de Marillac, gran colaboradora de San Vicente de Paúl, contribuyó enormemente a lo largo de su vida al concepto de una educación vicenciana. Ambos inculcaron en sus seguidores la idea de que la educación es esencial para romper el ciclo de la pobreza. Estas ideas fueron desarrolladas en la conferencia «Santa Luisa de Marillac: una educadora holística», impartida por la Hna. Louise Sullivan, H.C., el 14 de marzo en el Centro D’Angelo en el campus de Queens, Nueva York, Estados Unidos.

La Hna. Sullivan es una Hija de la Caridad de la Provincia de Santa Luisa, EE. UU., y Profesora Emérita de Francés de la Universidad de Niágara. Es editora y traductora del francés al inglés de los Escritos Espirituales de Santa Luisa de Marillac:, entre otros libros y artículos, y ha ofrecido conferencias en todo el mundo sobre Sta. Luisa y otros temas vicencianos. Su charla fue promovida por el Centro Vicentino para la Iglesia y la Sociedad.

San Vicente de Paúl fundó la Congregación de la Misión (también conocidos como Misioneros Paúles) para sacar a la gente de la pobreza. «La educación —indicó la hermana Sullivan — puede parecer secundaria a la misión. Y, sin embargo, debemos recordar que Vicente y Luisa fueron ambos maestros».

Santa Luisa recibió una educación exquisita, en una época en que pocas mujeres recibían una educación clásica, señaló la hermana Sullivan. Nació fuera del matrimonio y, aunque se desconoce la identidad de su madre, su padre, Louis de Marillac, era miembro de una prominente familia francesa.

Ubicada en el Real Monasterio de Poissy y educada por las Hermanas Dominicas, santa Luisa aprendió arte, música y literatura, pero su familia la sacó del monasterio a la muerte de su padre, cuando ella tenía 12 años. De allí fue a vivir a una pensión, donde aprendió los aspectos más prácticos de la vida.

Finalmente se casó y tuvo un hijo; Santa Luisa conoció a San Vicente de Paúl. «Su experiencia era muy diferente a la de ella, pero la combinación de estos dos poco comunes colaboradores produjo lo que conocemos como educación vicenciana, la atención médica vicenciana y el servicio vicenciano para todos y cada uno de los necesitados», dijo la Hna. Sullivan.

San Vicente fue fundamental para hacer que todo el potencial de Santa Luisa cobrara vida, de acuerdo con la Hna. Sullivan. En 1629, le dio a Sta. Luisa su primer gran desafío: visitar las Cofradías de la Caridad, grupos de mujeres dedicadas al cuidado de los enfermos en sus hogares.

“Ella poseía la capacidad de ver lo que estaba a su alrededor y evaluar las necesidades. Antes de poder hacer la pregunta vicenciana esencial, «¿Qué se debe hacer?», primero debe ver cuáles son las necesidades».

Si bien el cuidado de la salud se convertiría en una parte esencial de la misión vicenciana, Sta. Luisa vio otra necesidad, señaló la hermana Sullivan. “Ella descubrió chicas que no podían leer ni escribir. El analfabetismo era general”. Sta. Luisa quería educar a estas niñas, no solo para que pudiesen leer y escribir, sino para proporcionarles un oficio esencial, como coser o hacer encaje.

Cuando Sta. Luisa fundó escuelas en toda Francia, surgió otra prioridad: la educación de los expósitos, que eran niños que, como ella misma, habian nacido fuera del matrimonio. «Definitivamente, se los consideraba como niños desechables —observó la hermana Sullivan—. Como sus madres habían sido condenadas, también ellso lo fueron».

Santa Luisa quería brindar a estos niños la mejor educación posible. En ese momento, las Hermanas Ursulinas eran conocidas por su excelencia en la enseñanza, así que Santa Luisa les pidió que formasen a las Hijas de la Caridad. San Vicente ayudó a recaudar los fondos para construir las escuelas.

Santa Luisa explicó que la famosa sentencia de servir tanto espiritual como corporalmente estaba explícito en los primeros escritos de Vicente. «Esto significaba servir a toda la persona —subrayó la hermana Sullivan—. Estamos hablando de las necesidades intelectuales, las necesidades espirituales, las necesidades psicológicas y las necesidades materiales y físicas».

“Así, lo que tenemos es una visión de la misión, de la educación, como parte integral y esencial de la misión vicenciana. Vino de Vicente, y de su fe y experiencia, y de Luisa, y de su fe y experiencia. Ninguno de ellos podría haberlo hecho solo».

«Tengo un gran amor por las Hijas de la Caridad —dijo Jordan Bouchard, servidor en la Oficina del Ministerio del Campus—. Sus historias y su ministerio me dan energía como mujer creyente. Siempre me ha fascinado Santa Luisa y lo fuerte que era en sus convicciones. Todos debemos aspirar a ser como ella «.

La fiesta de Santa Luisa de Marillac es el 9 de mayo, que coincide con el aniversario de su beatificación.

Fuente: St. John’s University News

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1 comentario

  1. Rud Roldán

    Que bueno este artículo que profundiza la misión de las educadoras, y la intención de San Vicente cómo de Santa Luisa de apostar por la educación.
    Gracias por recordar y clarificar.

    Responder

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