En la noche del 14 de marzo, Mozambique sufrió uno de los peores desastres naturales registrados en el país debido a la llegada del ciclón IDAI que azotó las provincias de Sofala, Manica y Zambezia. Además, Beira, la segunda ciudad mozambiqueña más grande, quedó totalmente inundada. Lo mismo ocurrió con la aldea de Dondo, que quedó aislada debido a las inundaciones.

El ciclón IDAI dejó un rastro de destrucción y luto. Más de 1.500.000 personas se vieron afectadas, unas 510 murieron ahogadas o por falta de medicamentos y alimentos. Esté número de víctimas está aumentando a medida que el nivel del agua comienza a bajar. Días después del ciclón, todavía había aldeas anegadas que están siendo asistidas y evacuadas por aire.

En la ciudad de Beira tenemos un Consejo Particular con 5 conferencias y una casa de las Hijas de la Caridad que durante días han estado aislados, sin electricidad ni teléfono. En general, la ayuda se ha prestado a través de la Cruz Roja de Mozambique, bajo la coordinación del Instituto Nacional de Gestión de Desastres.

El Hospital Central de Beira sufrió daños, y ya hay unas 30 unidades de salud que han quedado prácticamente destruidas. El panorama es sombrío debido a la falta de medicamentos, suministros y agua potable, ya que la destrucción de las carreteras dificulta la rápida circulación y distribución de los suministros.

La gente necesita apoyo para reconstruir sus casas, alimentos, medicinas, mosquiteros, materiales de higiene y semillas para reactivar la producción agrícola una vez que los campos estén secos.

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