Entrevista con el P. Vinicius Augusto Teixeira CM, sobre la canonización de Ozanam

por | Nov 1, 2018 | Formación, Sociedad de San Vicente de Paúl, Vinicius Teixeira Ribeiro | 0 comentarios

La edición de septiembre/octubre de la revista Boletim Brasileiro de la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) en Brasil ha publicado entrevistas con dos miembros de la Comisión por la Canonización del bienaventurado Antonio Federico Ozanam, principal fundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl. El consocio Sebastian Gramajo y el padre Vinícius Augusto Teixeira (miembro de la Congregación de la Misión) explicaron el proceso que podría, en breve, declarar santo a Ozanam.

Por cuestión de espacio en la revista, la entrevista necesitó ser editada. Como el material es muy rico de contenido, el Departamento Nacional de Comunicación (Decom) decidió publicar las respuestas del padre Vinícius en su totalidad. Él tiene 35 años y es el vice-postulador en la Comisión por la Canonización de Ozanam.

SSVPBRASIL – Antonio Federico Ozanam fue beatificado en 1997. Desde hace más de 20 años, los vicentinos esperan la canonización. ¿Qué novedades hay en el proceso?

Padre Vinícius – La novedad más importante, sin duda, es la irradiación cada vez mayor de la persona de Antonio Federico Ozanam, su perfil humano y espiritual de laico comprometido con su bautismo, realizado en su vocación matrimonial, coherente en la vivencia de los valores cristianos, apasionado por la vida, sensible ante el sufrimiento humano, empeñado en la transformación de una sociedad desigual. Un modelo de santidad de impresionante actualidad, altamente inspirador para quien desee recorrer los senderos de la caridad en el seguimiento de Jesucristo.

Otra novedad se refiere a los procedimientos adoptados en el análisis de un supuesto milagro, ocurrido en la ciudad de Conselheiro Lafaiete, Arquidiocesis de Mariana (MG), en el año 2014. Se trata de la gracia obtenida a favor de un no nacido, hoy de 4 años de edad, cuya calota craneal no se había formado en el tiempo previsto, lo que terminaría por configurar un caso de anencefalia. Los familiares, particularmente la madre (que ahora asiste a una conferencia vicentina), se muestran absolutamente convencidos y agradecidos por la intercesión del beato Federico Ozanam, a quienes invocaron con sincera confianza, contando con la solidaridad de amigos y miembros de una conferencia. Toda la familia ha colaborado gentilmente para el desarrollo del proceso para la canonización.

Padre Vinícius Augusto Teixeira (Congregación de la Misión, CM)

SSVPBRASIL – ¿Por qué el proceso ha sido tan largo?

Padre Vinícius – Actualmente, el Proceso sigue su recorrido normal. A lo largo de los años, desde que la Causa fue abierta (el 15 de marzo de 1925), se ha hecho mucho para que la luminosa figura de Federico Ozanam pueda ser mejor conocida en la Iglesia: amplia investigación histórica para la composición de su biografía, cuidadoso análisis de sus numerosos escritos, reconocimiento oficial del alto grado de las virtudes cristianas en su vida, difusión de su maravilloso testimonio de fe y caridad, base sobre la que se asienta su fama de santidad.

Muchas personas, sobre todo miembros de la Familia Vicenciana, atraídas por el ejemplo de Ozanam, comenzaron a invocar su intercesión ante Dios, confiándole sus intenciones y necesidades. Y las gracias fueron abundantes. Una de ellas, una sanación, alcanzada aquí en Brasil, en la ciudad de Niterói (RJ), en 1926, que, después de ser debidamente examinada, se constituyó en el milagro necesario para la beatificación. Antes de la beatificación, sin embargo, hubo un largo período de estancamiento del proceso, aunque es verdad que el milagro ocurrido en 1926 no fue reconocido hasta 1996. La solemne ceremonia de beatificación se celebró el 22 de agosto de 1997 en la Catedral de Notre-Dame París, por el papa Juan Pablo II. Desde entonces, se han recibido y comunicado muchos otros favores del cielo.

A día de hoy, como hemos dicho, la causa sigue los trámites habituales, contando con la larga experiencia y el vigoroso esfuerzo del Padre Giuseppe Guerra, Postulador General de la Congregación de la Misión, y la dedicación generosa de los miembros del Consejo Internacional de la SSVP.

SSVPBRASIL – ¿Cuáles son las etapas de un proceso de canonización?

Padre Vinícius – Tal vez sea interesante recordar aquí los títulos oficiales dados a las personas que vivieron y murieron en olor de santidad y a las que se abre un proceso canónico. Nada más iniciada la causa, el fiel en cuestión recibe el título de siervo de Dios. Después de la promulgación del Decreto sobre la heroicidad de sus virtudes o de su martirio, pasa a ser llamado Venerable. Federico Ozanam recibió este título el 6 de junio de 1993.

La beatificación es la etapa intermedia, por medio de la cual el Papa autoriza el culto público del nuevo beato, restringiéndolo a ciertos lugares y grupos. En el caso del beato Ozanam, su culto se circunscribe al ámbito de la SSVP, de la cual fue uno de los principales fundadores. Antes de la beatificación, sin embargo, a menos que se trate de un martirio, se pide la comprobación de un milagro, es decir, una intervención de Dios, humana y científicamente inexplicable, obtenida mediante la invocación al Venerable, una obra de la amorosa omnipotencia divina que sirva de confirmación para el proceso realizado hasta el momento. En la ceremonia de beatificación, en los ritos iniciales de una celebración eucarística, se da la lectura de la carta apostólica, firmada por el papa, en la que, después de un breve perfil biográfico-espiritual, se declara solemnemente que, en adelante, el venerable siervo de Dios puede ser llamado beato, justamente por haber vivido de modo firme y constante el espíritu de las bienaventuranzas. A continuación, se indica la fecha de su conmemoración litúrgica, preferentemente la fecha de su muerte o el «dies natalis», día del nacimiento para la vida eterna. En cuanto a Ozanam, la fecha definida fue el 9 de septiembre, ya que el día precedente, día de su fallecimiento, coincide con la Fiesta de la Natividad de Nuestra Señora.

Después de la beatificación, se pide la comprobación de un nuevo milagro, un nuevo sello de Dios para la causa, incluso cuando se trate de un mártir. Como en la fase anterior, el proceso de análisis se inicia en la diócesis en que se dio el supuesto milagro, trasladándose después al órgano competente del Vaticano, la Congregación para las Causas de los Santos. Promulgado el decreto sobre el milagro, el papa convoca un consistorio ordinario, durante el cual confirma el parecer de los cardenales y obispos y anuncia la fecha de la canonización. Este es, en efecto, el acto por el que el papa declara definitivamente que un fiel ha vivido ejemplarmente el Evangelio y se encuentra en la gloria eterna de la Trinidad, pudiendo interceder en nuestro favor y ser venerado por toda la Iglesia como santo.

SSVPBRASIL – ¿Qué falta para que suceda la canonización de Federico Ozanam?

Padre Vinícius – En este momento estamos esperando la constitución del tribunal arquidiocesano que investigará más cuidadosamente el supuesto milagro ocurrido en Conselheiro Lafaiete, para testificar el carácter inexplicable de la cura obtenida. Así, será posible verificar si la gracia alcanzada cumple todos los requisitos canónicos, hasta el punto de ser reconocida como el milagro necesario para la canonización. Para ello ya se han reunido laudos médicos acerca del caso y de su evolución, así como creada una lista de testigos a ser oídos en testimonio juramentado. Después de esa investigación, realizada en la propia Arquidiócesis de Mariana, el dossier será enviado a la Santa Sede para ulteriores investigaciones y sometido al análisis de expertos. Por último, el santo padre convocará al consistorio y fijará la fecha de la canonización.

SSVPBRASIL – ¿De qué forma los vicentinos pueden contribuir con el proceso de canonización en este momento?

Padre Vinícius – Lo más importante es conocer más y mejor la persona del beato Federico Ozanam, su experiencia de fe, su testimonio de vida, su pasión por la verdad y la justicia, su espíritu de caridad, su compasión hacia los pobres, su sentido de pertenencia a la Iglesia, su visión cristiana del ser humano y del mundo. Realmente llama la atención la madurez alcanzada por Ozanam en los 40 años de su breve existencia, madurez que se expresa en su inquebrantable confianza en la Providencia, en su rectitud de carácter y grandeza de alma, en su amor a la familia, en su capacidad de hacer amigos, en su vasta cultura, en su sensatez frente a las convulsiones políticas de su tiempo, en su serenidad frente al sufrimiento y a la muerte. Para conocerlo, nada mejor que la lectura atenta de sus cartas, tan ricas en humanidad y espiritualidad, así como de publicaciones afines, como sus biografías.

Otra manera de aprovechar bien el proceso de canonización es rezar y reflexionar sobre el legado de Ozanam, valiéndose de las reuniones, encuentros y retiros de la SSVP. Así, los consocios y consocias podrán encontrar, en su insigne fundador, una inspiración permanente y un fuerte aliento en el seguimiento de Cristo, en el ministerio de la caridad, en la búsqueda de la santidad, en la vida de comunión con Dios y con los hermanos, un bello estímulo para el protagonismo de los laicos en la Iglesia y en la sociedad.

Por último, invocar la eficaz intercesión del beato Ozanam, rezando la oración pidiendo su canonización y confiándole intenciones y anhelos, seguros de que, desde el cielo, gracias a la comunión de los santos, él acompaña los pasos de aquellos que llevan adelante su obra de amor y servicio a los pobres.

SSVPBRASIL – ¿Cuándo cree usted que tendrá lugar la canonización?

Padre Vinícius – No se puede predecir cuándo se realizará la ceremonia de canonización. Hemos de esperar pacientemente. Y repito: aprovechemos para profundizar en la herencia de Federico Ozanam e invocar su intercesión, para recorrer el camino de santidad y caridad que él recorrió con tanta elegancia y firmeza.

SSVPBRASIL – ¿Cuál es el principal mensaje que nos ofrece la vida de Federico Ozanam?

Padre Vinícius – Los que ya han visitado la capilla donde se encuentra la tumba del beato Ozanam, en París, ciertamente no han dejado de contemplar el amplio fresco pintado en la pared de fondo. Una bella reproducción de la parábola del buen samaritano (Lc 10, 25-37), historia con la que el Señor Jesús describe el itinerario del amor misericordioso, hecho de cercanía, compasión y cuidado. Allí, en aquel fresco, el samaritano tiene las facciones del propio Federico Ozanam, inclinado sobre el pobre herido, con los ojos fijos en su rostro sufriente, ofreciéndole sus desvelos, amparándolo en sus necesidades. El buen samaritano de la humanidad es Cristo, que derrama sobre todos el bálsamo de la misericordia del Padre, como dice san Agustín. Identificado con Jesucristo, a quien contemplaba en la fe y cuyos pasos seguía en la caridad, y reconociéndolo en los menores de los hermanos (cf. Mt 25, 40), Ozanam fue capaz de derramar sobre las heridas de los pobres de su tiempo —heridas físicas , morales, sociales, religiosas— el bálsamo de una compasión ardiente y diligente, traducida de muchas maneras en la genialidad de sus gestos, palabras e iniciativas. Esta es el camino de santidad que él recorrió y dejó abierto para sus sucesores, los miembros de la SSVP: el camino del amor recibido de Cristo, aprendido en la escuela de san Vicente, amor que no se confunde con estrategia ideológica, amor que se hace donación y servicio, que jamás instrumentaliza y humilla, porque busca restaurar, engrandecer y promover a aquellos a quienes se dirige. Una vez, en su actividad de profesor de Derecho, Ozanam hizo referencia a este pasaje del evangelio, resaltando la relación entre caridad y justicia, tan marcada en su pensamiento y en su actuación: «La caridad es el samaritano que derrama aceite sobre las heridas de ese viajero que ha sido atacado. Es papel de la justicia el evitar el ataque”.

En su reciente exhortación sobre la llamada a la santidad, el papa Francisco nos recordó que, ante una persona sufriente y necesitada, nuestra reacción no puede ser otra que la de quien reconoce en aquel rostro un ser humano, portador de dignidad, imagen de Dios, redimido por Jesucristo, hecho nuestro hermano. Esta es la «reacción cristiana», sin la cual no puede haber auténtica santidad (Gaudete et exsultate, n. 98). Y fue precisamente ésta la reacción del beato Antonio Federico Ozanam, que puso a disposición de los pobres toda riqueza de dones que el Señor le entregó. Una de las mejores síntesis de su fulgurante existencia tal vez la encontramos en este pasaje de una carta dirigida a uno de sus amigos: «¡Que la ley del amor sea la nuestra! Y, pisoteando el orgullo, nuestro corazón arderá solamente para Dios, para el prójimo y para la verdadera felicidad».

Fonte: Redacción de SSVP BRASIL
http://www.ssvpbrasil.org.br/

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