Es una locura consumir los días acumulando lo que no ha de disfrutarse; es una locura asimismo amontonar para los hijos. Los hijos que ven formarse tras de sí un montón de oro se sienten fuertemente tentados a sentarse al pie, cruzándose de brazos. Prepararles una fortuna es, con frecuencia, invitarlos al pecado de pereza. Y, además, eso de los hijos no es a veces sino un respetable pretexto; levantad el velo y veréis el egoísmo, el egoísmo que encuentra en la propiedad un medio de extender y prolongar, en cierto sentido, la personalidad que se complace en rodearse con muchas cosas en el presente y dejar mucho tras de sí para el porvenir.
Federico Ozanam, carta a François Lallier, del 5 de noviembre de 1836.
Reflexión:
- Federico nos recuerda la futilidad de querer acumular bienes en esta vida, más allá de lo necesario para vivir. Como varias veces nos recuerda elñ evangelio, todo se quedará atrás, no nos lo podremos llevar con nosotros.
- La desigualdad entre las personas sigue siendo un problema capital en nuestro tiempo. Un mínimo porcentaje de la población mundial acapara la inmensa mayoría de los bienes, mientras miles de millones de seres humanos padecen hambre y enfermedad en nuestro mundo. No hay pecado más grande que el del egoísmo, que es contrario al amor y, por tanto, contrario a Dios.
- Jesús nos recuerda en el Evangelio que los pobres son los bienaventurados y que de ellos es el Reino. En cambio, la salvación está muy lejos de los que acumulan riquezas.
Cuestiones para el diálogo:
- ¿Qué pasajes de la Palabra de Dios recordamos que estén relacionados con lo que nos dice Federico?
- ¿Cómo vivo yo, en mi vida personal, este mensaje? ¿Tiendo a acumular bienes?
- Los vicencianos fuimos llamados a servir a los pobres. ¿Es necesario ser pobre para servir a los pobres? ¿Lo somos?
Javier F. Chento
@javierchento
JavierChento
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