Un santo patrón no es, en efecto, una insignia trivial para una Sociedad, como un San Dionisio o un San Nicolás para una hostería. No es tampoco un nombre honorable bajo el cual pueda darse una buena impresión ante el mundo religioso: es un modelo que hay que esforzarse en vivir, como él mismo lo vivió, el modelo divino que es Jesucristo. Es una vida que es preciso continuar; un corazón en el que calentar el propio corazón, una inteligencia en la que buscar luces; un modelo sobre la tierra y un protector en el cielo; se le debe el doble culto de la imitación y la invocación.
Federico Ozanam, Carta a François Lallier, del 17 de mayo de 1838.
Reflexión:
- Dentro de una larga carta en la que Ozanam le cuenta a su amigo la situación de la recientemente creada conferencia en Lyon, encontramos este texto que merece la pena meditar.
- Federico es un joven (25 años en 1838) ilusionado por la obra de la Sociedad de San Vicente de Paúl que, con apenas 5 años de existencia, comienza a fructificar y expandirse a otras ciudades además de París.
- Es admirable con qué sencillez y claridad nos muestra Federico el papel del patrón, en este caso de San Vicente de Paúl en la Sociedad que lleva su nombre. Resalto varias palabras que sobresalen en este texto: modelo, esforzarse, imitar e invocar.
- Modelo: Los vicencianos tenemos como modelo de seguimiento a Jesucristo a Vicente de Paúl y a otros muchos que siguieron el carisma del servicio integral al pobre. ¡El mismo Federico es uno de ellos! Seguimos a Cristo, modelo del servidor, y en estos patrones, santos, beatos y, también, cristianos anónimos, encontramos la orientación para poder hacerlo.
- Esforzarse: Seguir a Jesucristo cuesta esfuerzo. El camino del cristiano no es sencillo, y el del vicenciano puede pasar por situaciones difíciles e incluso arriesgadas.
- Imitar: que significa mucho más que repetir exactamente lo hecho en otros tiempos. La inteligencia nos ilumina para adaptar a los tiempos actuales aquellas actitudes y acciones que se dieron en otros momentos de la historia. Un ejemplo claro: ¿cómo podemos imitar a Vicente de Paúl o a Federico Ozanam, ambos grandes comunicadores durante sus vidas, desde las nuevas plataformas de los medios de comunicación social que tenemos actualmente?
- Invocar: pero no adorar, pues solo Dios merece nuestra adoración.
Cuestiones para el diálogo:
- ¿En qué personas, que son modelos de seguimiento a Jesucristo, me fijo más? Y de ellos, ¿qué aspectos de su vida considero que son más importantes? ¿Cómo se puede imitar hoy en día a estos creyentes que admiramos, algunos de los cuales vivieron hace varios siglos?
- ¿Me cuesta seguir a Jesucristo? ¿Tengo que esforzarme?
Javier F. Chento
@javierchento
JavierChento
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