Fantasma – ilusión, muerto, susto, falso, inexistente

por | Abr 12, 2018 | Formación, Reflexiones, Ross Reyes Dizon | 0 comentarios

Verdaderamente ha resucitado nuestro Señor Jesucristo.  Creer en él, pues, significa encontrarlo realmente vivo en medio de nosotros.  No es un fantasma.

Jesús resucitado da a sus discípulos el saludo de paz.  Pero igual los espanta y sorprende su aparación repentina.  Creen ver ellos un fantasma.

Pero en lugar de dejarse decepcionar por esa reacción de parte de los suyos, Jesús continúa animándoles.  Les dice a los con miedo y dudas:  «Mirad mis manos y mis pies:  soy yo en persona.  Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».

Con todo eso, los discípulos siguen aún incrédulos y atónitos.  Pero no cede, sino que también sigue procurando abrirles el entendimiento el enviado para anunciar la vista a los ciegos.  Así que el Maestro no abandona a los discípulos a su incredulidad y su desconcierto.  No hace lo que los discípulos; huyeron cuando más los necesitaba él.

A diferencia de ellos, sí, se queda Jesús co los confundidos y desorientados.  Les pide de comer y come él delante de ellos.  Tal y toda actuación de parte del Resucitado no solo demuestra que él no puede ser un fantasma.  Ella da a conocer además que ha resucitado el que padeció mucho y murió en la cruz.

Es decir, se ha cumplido todo lo que dicen las Escrituras acerca de Jesús, el Mesías.  Y sin que se nos remitiera a las Escrituras, ¿no nos resultaría noticia fantasma la buena noticia de la resurrección?  Según san Jerónimo, «ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo».

Así de importantes son las Escrituras para conocer a Jesús crucificado y resucitado.  Y de primera mano, por experiencia propia, ha de ser nuestro conocimiento de Jesús mediante las Escrituras.

Proclamar la resurrección sin la pasión y muerte es convertir al Resucitado en un fantasma.

Según las Escrituras, el Mesías tenía que padecer y entrar así en su gloria.  La resurrección de Jesús es inseparable de su crucifixión.  De hecho, no se nos exhorta a gloriarnos sino en la cruz de Cristo.  Se nos propone además que no sepamos cosa alguna sino a Jesucristo crucificado.  Hacer caso omiso, pues, de la crucifixion es proponer un evangelio fantasma, truncado, falso.

Tenemos que mirar de cerca, sí, las manos y los pies del Resucitado.  De lo contrario, correremos el riesgo de predicar a Jesús resucitado como deus ex machina.

Y cuantos se fijan realmente en las manos y los pies de Jesús no pueden sino compadecerse de los pobres.  Y los acompañarán.  Faltándonos esta compasión y solidaridad, somos cristianos en pintura (SV.ES XI:561), cristianos fantasma.

Señor Jesús, aliméntanos con tu palabra y con tu cuerpo y sangre, para que seamos tus testigos, no testigos de un fantasma.

15 Abril 2018
3º Domingo de Pascua (B)
Hech 3, 13-15. 17-19; 1 Jn 2, 1-5a; Lc 24, 35-48

0 comentarios

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

homeless alliance
VinFlix
VFO logo

Archivo mensual

Categorías

Sígueme en Twitter

colaboración

Pin It on Pinterest

Share This
FAMVIN

GRATIS
VER