Col 1, 9-14; sal 97, 2-6; Lc 5, 1-11.

Desde la barca de Simón “enseñaba a la multitud”

Jesús, la barca de Pedro, la enseñanza, la pesca prodigiosa. Cuatro realidades –en el evangelio de hoy– que son, al mismo tiempo, como cuatro parábolas que se seguirán realizando a lo largo de la historia. Y lo hará de maneras muy variadas.

Si se lo preguntamos a Rob Evans nos divertiremos, conmovidos, escuchando su experiencia. Es conocido como el Hombre~Donut. Y explica que como los Donut, todas las personas tienen un agujero, un vacío, la necesidad de ser completados, y que solo Dios puede llenar con su amor. “Soy hijo del divorcio. Mi corazón se rompió cuando mi madre se divorció… y mis dos padres se re~casaban”. La Reforma protestante –dice– “fue esencialmente un divorcio”.

Además de artista y músico (con más de 7 millones de copias de sus discos) y entretenedor de los niños, Rob Evans es fontanero. Antes de ser católico, participó antes de variados grupos protestantes. Pero allí “nunca nadie me miró a los ojos y me dijo inequívocamente: Por el ministerio de la Iglesia, que Dios te dé el perdón: Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo”. Es como “el maravilloso sonido de flush que al tirar de la cadena se lleva toda la suciedad”.

“A ti te doy las llaves del Reino de los Cielos”, le dijo Jesús a Pedro. “Los protestantes creen que Pedro se llevó sus llaves a la tumba”, pero Evans sostiene, como tú, que pasaron a sus sucesores, los Papas. Y Jesús, desde la barca de Pedro, nos sigue enseñando.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm