Ex 1, 8-14.22; Sal 123 1-8; Mt 10, 34—11, 1.
“El que pierda su vida por mí, la encontrará”
Los cristianos seremos siempre inferiores a nuestra fe. Aún los más santos. En cambio, un ateo, un agnóstico o un miembro de otras religiones podrán ser mejores que su ideología o mejores que sus creencias. ¿Pero quién puede levantar su vida hasta el abismo de la Luz y de la Verdad que es Jesucristo?
En cualquier caso, la gracia y el ejemplo de otros nos animan a llevar con más garbo nuestras cruces. El actor Jim Caviezel representó a Jesús en la famosa película La Pasión de Cristo. Entonces Mel Gibson le dijo que acaso nunca más lo dejarían trabajar en Hollywood. Sería discriminado por su postura cristiana. Jim Vaiezel le respondió: “Todos tenemos que abrazar nuestras cruces”.
Era un actor muy valorado en Hollywood y desde entonces lo han orillado. Además, no es un sumiso a las modas proabortistas. Dice: “Me da igual si ser pro-vida afecta mi carrera. No puedo quedarme callado ante la muerte de tantos niños… mi deber no era únicamente mostrar a Jesús en la pantalla, sino vivir de acuerdo con el Evangelio todos los días y dar testimonio de la verdad”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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