Is 6, 1-8; Sal 92, 1-5; Mt 10, 24-33.
Por tres veces nos recalca Jesús en el evangelio de hoy que no tengamos miedo de las persecuciones ni de los perseguidores. Y termina diciéndonos: “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo”.
A su manera, así lo hizo el pasado año Lauriane Sallin, de 22 años, estudiante de la universidad de Friburgo y elegida Miss Suiza. No tuvo miedo al ambiente y dio testimonio de su fe en Jesucristo. En ese clima de concursos de belleza, confesaba: “Para mí, la posibilidad es Dios. Él es quien nos ayuda a superarnos”. “Personalmente, yo me acerco más a la felicidad con ciertos principios básicos de la fe cristiana: el respeto y el amor al prójimo”. Sobre su fe católica resaltaba su convencimiento personal y su estudio. Por ejemplo, para ahondar en la persona de Jesús “Yo quise entender el relato evangélico de san Lucas y, para ello, tuve que esforzarme mucho estudiando su contexto… para llegar a su significado”.
A otros las cosas se les pusieron más difíciles. Hoy celebramos al mártir chino Agustín Zhao Rong, que de carcelero –ante el ejemplo de los cristianos perseguidos y encarcelados– pidió el bautismo, fue catequista, después sacerdote y gran evangelizador y, finalmente, fue encarcelado y martirizado entre grandes suplicios en 1815. Hoy, los cristianos en China siguen siendo una comunidad perseguida, pero cada día más numerosa.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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