Reflexiones Vicentinas al Evangelio: La Ascensión del Señor

por | May 5, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Evangelio: (San Lucas 24: 46-53)

Jesús dijo a sus discípulos: “Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes son testigos de todo esto. Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba.” Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos se postraron ante Él. Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén, y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios.

Reflexión:

En algunas ocasiones nosotros los Cristianos nos concentramos demasiado en el hacer y nos olvidamos simplemente de tomar el tiempo para estar con nuestro Dios. Esto es tan importante para nuestra atestiguación Cristiana, como el de hacer actos Cristianos. Cumpliendo con nuestra devoción Dominical y aun tomando el tiempo para descansar en Domingo, pueden ser actos de afirmación a Cristo. Es un desafío mantener algún balance en nuestras vidas, entre las exigencias de actividades diarias y nuestro deseo de ofrecer a Dios homenaje y alabanza. Cuando las cosas se agitan, la primera tentación es de olvidarnos del tiempo de oración porque eso parece tener menos resultado para nosotros. Nuestros plazos y horarios no cambian, pero parece que tiempo para orar puede ser dispensable. De hecho, dejar de rezar, con el tiempo, puede radicalmente afectar todo lo que hacemos. Atestiguación Cristiana quiere decir que Dios es nuestro enfoque. (Liturgia Viviente)

Meditación Vicentina:

Si hemos de mantener visión en nuestras vidas; si debemos ser hombres y mujeres que adoramos con nuestros corazones a Dios, debemos darle atención a nuestra oración. Dar atención a la oración, quiere decir, estar dispuestos a perder el tiempo – digamos – en oración. Perdiendo el tiempo en oración quiere decir estar dispuestos a sentarnos quietos en la presencia de Dios, permitiendo que su presencia se filtre dentro de nosotros y en silencio desafiarnos. Es por la oración que lentamente hacemos a Jesucristo, cada vez más, el punto de referencia en nuestras vidas, para decisiones grandes y pequeñas. (McCullen, Cosas Profundas)

Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)

¿En nuestra Conferencia, es la oración dispensable o indispensable?

Oración de Clausura:

Jesús fue llevado al cielo en una nube y reina como Señor del cielo y tierra, prometiendo,

“Estoy con ustedes, aun hasta el fin del tiempo.”

Pedimos balance en nuestras vidas, entre las exigencias de servicio y oración,     

-Jesús, que siempre seas el centro de nuestras vidas.

Pedimos fuerza para continuar como Tus fieles discípulos,

-Jesús, que siempre seas el centro de nuestras vidas.

Pedimos la gracia para “perder tiempo” en oración en nuestras reuniones,

-Jesús, que siempre seas el centro de nuestras vidas. ¡Amén!

Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.

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