Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
Hch 5, 17-26 | Sal 33, 2-9 | Jn 3, 16-21.
¿Hay algún resumen mejor de la Buena Noticia que es Jesús? “Tanto amó Dios al mundo, tanto lo ama, que le dio a su Hijo único… Y este Hijo se entregó del todo, sin límite, sin pasarnos recibo, sin condiciones.
“¡Tanto amó Dios al mundo…”, y lo leo o lo escucho y sigo, como si lo hubiera entendido. ¡Tanto me puede enfermar la costumbre!
Me imagino los ojos de Nicodemo al oír a Jesús. Él había ido a verlo con precauciones. ¿Era de verdad el Mesías o era un nuevo maestro, aunque con más autoridad? Nicodemo acepta que Jesús viene de parte de Dios por las obras que hace, pero ¿es posible dar un paso más? Nicodemo busca, va al encuentro de Jesús, le pregunta, lo escucha. Hay que nacer de nuevo, no basta la inteligencia y la simpatía. Más aún, es preciso creer en el Hijo, “el que cree en él no será juzgado”, le dice Jesús. Y creer en él significa dejar que se conmocione la propia vida. Significa ir dejando espacio en uno a esa Noticia inimaginable: Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo.
San Pablo lo experimentó y supo decirlo:”Vivo en la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gál 2, 20). Y la primera Carta de san Juan (4, 16) confiesa: “Nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros”.
Danos, Señor Jesús, que también nosotros –hoy– los experimentemos y vivamos. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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