Sólo elperdonado puede perdonar
Dn 3, 25.34-43 | Sal 24 | Mt 18, 21-35.
Todos hemos escuchado aquello de que “nadie da lo que no tiene”, pero en nuestra experiencia de Dios, nadie tiene algo si a su vez no lo ha recibido.
El libro del profeta Daniel nos cuenta la experiencia dolorosa que vive el pueblo judío; su tierra ha sido destruida y sus habitantes deportados y hechos
prisioneros, no hay líder que les infunda ánimos, ni príncipe, ni jefe, ni profeta, y los medios tradicionales para recurrir a Dios también han sido anulados, ni sacrificio, ni ofrenda, ni incienso y ni siquiera un lugar para ofrecer algo a Dios y pedir su misericordia. Sólo queda una cosa por hacer y un lugar al cual recurrir: un corazón adolorido, arrepentido y dispuesto a hacerse responsable de lo que haya que corregir en su propia historia de vida, para permitir a Dios reconstruir la nación, persona por persona. He aquí la experiencia auténtica de la cuaresma.
Esta experiencia de reconstrucción persona por persona, es la que Jesús está haciendo con sus discípulos, ayudándoles a observar y hacerse responsables de su propia historia, para poder dar el paso hacia una responsabilidad social de perdón y reconciliación.
¿Me siento capaz de transmitir, a quien me ha ofendido, el perdón y sanación que a su vez de Dios he recibido?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick F. Martínez Benavides, C.M.
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