Reflexiones Vicentinas al Evangelio: 5º Domingo de Tiempo Ordinario

por | Feb 5, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Evangelio: (San Lucas 5: 1-11)

Cuando terminó de hablar, Jesús dijo a Simón, “Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar.” Simón respondió: “Maestro, por mas que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada, pero si tú lo dices, echaré las redes.” Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían…..Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús diciendo: “Señor, apártate de mi, que soy un hombre pecador. Pues tanto él como sus ayudantes se habían quedado sin palabras por la pesca que acababan de hacer…..Jesús dijo a Simón” “No temas; en adelante serás pescador de hombres.” Enseguida llevaron sus barcas a tierra, dejaron todo y siguieron a Jesús.

Reflexión:

El poder de Jesús manifestado en la gran cantidad de peces ocasiona a Pedro que confiese su pecaminosidad. Pero la historia no termina con la confesión de indignidad, sino que continua con Pedro quien “deja todo y lo sigue.” La presencia de Dios siempre revela nuestra misma maldad, pero el enfoque de Dios está en otro sentido — en nuestra llamada y misión. Dios ve a la humanidad como creada para ser buena, como personas que pueden escoger la respuesta a la llamada de Dios y cumplir la misión que Dios nos da. Si buscamos “gran una gran captura de peces” perdemos el mensaje de Dios. El Evangelio nos invita a mirar hacia las manifestaciones sencillas de santidad que indican la presencia de Dios….por ejemplo, en la generosidad de tantos voluntarios, en la lealtad de esposos y esposas, en la caridad de los que trabajan en las parroquias, en los enfermos que sufren sin quejarse, en la graciosa sabiduría de las personas mayores. Al dar el “si” a nuestra llamada es imitar estos buenos comportamientos y haciendo esto extendemos el reino de Dios. (Liturgia Viviente)

Meditación Vicentina:

La santidad de San Vicente y de cada uno de nosotros, en el último análisis, es un don de Dios. La santidad de un Santo es la de compartir la santidad de Dios mismo, y reconocemos santidad cuando vemos los frutos del Espíritu Santo en la vida de una persona. El fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, caridad, bondad, fidelidad, ternura y el control de si mismo. (McCullen, Cosas Profundas)

Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)

¿Has visto la presencia de Dios en las “simples manifestaciones de santidad” ven los que te rodean?

Oración de Clausura:

O Dios, hay aquellos que no conocen Tú presencia,

-Que nuestras vidas sean un signo de fe para ellos.

O Dios, hay aquellos que viven en temor y duda,

-Que nuestras vidas sean un signo de esperanza para ellos.

O Dios, hay aquellos que no conocen Tú amor,

– Que nuestras vidas sean un signo de amor para ellos.

O Dios, hay aquellos que son pobres y oprimidos por otros,

– Que nuestras vidas sean un signo de justicia para ellos. ¡Amén!

Autora: Sor Kieran Kneaves, H.C.
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl, Consejo Nacional Estadounidense.

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